# 26 Sueño

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El día agotador sumaba otra marca al calendario, tiró la camisa al borde de la cama, deslizándose hacia el suelo; mientras ingresaba la mujer con su pelo como el atardecer tomado sobre sus hombros, pasó de él, recogió la camisa del suelo inspirando de ella, para luego apretarlo y con sus ojos rojos dejarla sobre el pequeño sofá…

—Asuna… lo siento, trabajé hasta tarde y…

—Déjame

—Asuna… — la noche había caído

—Por favor… — el silencio volvió doloroso… otra noche más

El vapor se acumulaba desde la ducha, quedando suspendido en la habitación, ella salía del baño quitándose la toalla y poniéndose una de sus propias prendas, la que cubría hasta sus muslos… —Sigues siendo tan hermosa — surruró y ella comenzó a llorar —Asuna… lo lamento, podemos superar esto juntos…

—¿Juntos? ¡Mentiras!... Solo quiero dormir — se acurrucó sin siquiera mirarlo en un rincón de la cama con sus hombros sacudiéndose en espasmos ligeros; él rozó su espalda y se aferro en un abrazo a ella

—No llores… te prometo que vamos a salir de esto… sé que trabajo mucho y te he dejado sola… pero no he dejado de amarte

—Estoy sola Kazu… — en medio de su sollozo habló sin separar su cara de la almohada…

—Perdóname

—No puedo Kazu… ya no puedo más…

El llanto se volvió compartido en la misma posición, acurrucado entre sí, estando juntos se sentían tan lejos, como caminar solos aunque el otro camine a su lado, viendo sin mirar en los ojos del ser que una vez amaron… que aún amaban… más hay veces que amar… no basta…

Se aferraba a la idea que el día siguiente todo saldría mejor; sabiendo que la suerte ya había lanzado la moneda… pero que difícil era verlo… no compartían más palabras; solo lamentos que quedaban en el alma rota, en el dolor constante de saberse heridos… ya no podía contenerla… le bastaba con tenerla junto a él…

La misma rutina cada día; ¿cuánto llevaban así?; ella se acostaba presionando contra sí la almohada… la abrazaba… pero su abrazo ya no le entregaba calor a su amada; se separó y sacó ante sus ojos su camisa, su desnudez en piel blanca atrapó sus oscuros ojos… hace tanto que no la tocaba… mas notaba también sus costillas; ella sufría y su peso bajaba cual lo hacían sus ánimos, ella mismo posó sus dedos sobre las marcas de sus huesos en la piel… —Debes comer más

—No tengo apetito ya ¿lo sabes?

—Asuna…

—Necesito una ducha… — se perdió tras aquella puerta; apretó los puños mientras lágrimas ligeras se escapaban de sus ojos…

El aparato sobre la mesa de noche vibró llamando su atención; dos e incluso una tercera vez; lo tomó dudoso entre sus manos, limpiando de su rostro la humedad, parpadeando sobre la pantalla habían 3 mensajes y un solo nombre…

No me gusta verte triste”; recitaba el primero… “Puedo ayudarte a superar todo lo que pasó con él” ¿qué significaba eso?; “Sabes que mi corazón te espera”… dejó rápido el móvil donde estaba cuando sintió que ella salía; la miró; pero ella solo se acercó al aparato quedando inmóvil al notar que ya habían sido vistos…

—¿Quién es?

—No es lo que parece…

—¡Pregunté quién es, maldición!

31 Días Donde viven las historias. Descúbrelo ahora