Ardiente tentación (*JELSA*)

¿Que significa Esto? (II)

Comenzó a caminar y lo atajé en la puerta,estampándome en ella

-Por favor,Jackson- dije en tono suplicante, casi al borde de las lágrimas de desesperación.

-Él te tiene completa,¿Que más da que yo conserve esto?

- No, no me tiene completa y lo sabes , no te puedo dejar eso, al menos no hoy, otro día ,te lo prometo, cuando volvamos a vernos, te daré otra cosa hoy, por favor.

- ¿Y que me darías a cambio?

Lo tomé de la mano obligándolo a caminar conmigo, no quería que se me escapará, se veía molesto y quizá podría cometer una locura. Abrí el cajón del escritorio con la mano que tenía libre, sin soltarlo, ahí tenía una pañoleta, la saqué y la puse sobre el escritorio, tomé el pequeño perfume que estaba también en el cajón y rocíe un poco en la pañoleta y se la di. Me sonrió y me entrego las pantaletas.

- Ah, se me olvidaba decirte, no uses vestidos rosa ni lila para la boda - dijo en el umbral de la puerta.

- No te he asegurado que iré

- Buenas noches Elsa

Salió y me coloqué rápido mis pantaletas. Hiccup me llamó de nuevo y le aseguré que ya bajaba. Fui al baño y me arregle un poco el cabello, el maquillaje y me puse un poco de perfume. Cuando subí al auto Hiccup me dió una mirada de reproche.

- Perdón se atasco la impresora y no podía dejarla así, el servicio es muy caro

- Está bien, ¿A dónde quieres ir a cenar?

- No sé, ¿ A ti que se te antoja?

- Comida China, ¿Te apetece?

- Si, vamos

No hablamos camino al restaurante, ni durante la cena, Hiccup está mensajeándose con un cliente, según me dijo, aunque se le escapaba unas sonrisas, que dudaba que un cliente se las provocará, quizá era lo que yo quería ver para no sentirme tan culpable por engañarlo después de todo iba a cumplir su promesa de irnos de viaje solo los dos, sin trabajo de por medio, o ¿Lo estaría haciendo para callar sus culpas también?
Fui al baño y me miré al espejo. Pensé que tal vez debería dejar a Hiccup, no se merecía lo que le estaba haciendo y yo una vez ya había intentado dejar a Jackson pero no lo había funcionado ahora me toca hacer la prueba con mi novio. Suspire resignada, el viaje sería la última oportunidad para tratar de salvar mi relación con él. Me llevó a mi departamento y me dijo que nos veríamos hasta el jueves, que era cuando salíamos de viaje.
Los días siguientes tuve mucho trabajo, pero ya no podía ver mi oficina de la misma manera, por ratos me quedaba mirando la silla donde Jackson me había hecho suya y me había pedido que no lo dejará, la sonrisa estúpida aparecía en mi rostro sin remedio, como deseaba que sus palabras fueran ciertas, pero eran solo eso, palabras que se las llevaba el viento , por qué no daban ninguna otra señal, si en realidad quisiera que yo estuviera en su vida me mostraría algún interés, que sé yo, una llamada, un mensaje, pero nada, silencio total. Abrí el cajón y me puse a leer la invitación, era de color crema con unas letras preciosas.

Anna Orveland y Kristoff Collins
Deseamos compartir con ustedes nuestro enlace matrimonial que se llevará a cabo el sábado 7 de diciembre en MacArthur CauseWay #2, Miami South Beach a las 18 hrs la recepción será en el mismo sitio una vez concluida la ceremonia agradecemos su asistencia.

Suspiré después de leerla, apesar que el matrimonio no era mi gran ilusión, ya me había mentalizado a qué algún día daría ese paso con Hiccup, aunque ahora no sabía si lo iba a lograr, pero tampoco me lo imaginaba con Jackson, no se veía que fuera ese tipo, dado mejor se iba a casar su hermana menor que él. Moví la cabeza, pero ¿Que estaba pensando? Es increíble lo vunerable que somos las mujeres y como unas simples palabras nos hacen perder la perspectiva. "No me dejes", recordé como si lo estuviera escuchando en ese preciso momento con su voz distorsionada, suspire de nuevo, dejé la invitación en el mismo lugar y seguí con mi trabajo.
A las 10 de la mañana en punto llegó Hiccup por mi para irnos al aeropuerto, subió al departamento por mi maleta y una vez más en la calle el taxista la metió a la cajuela. Apenas habíamos subido al vehículo, su celular sonó, él miró el identificador, pero no respondió la llamada y envío un mensaje.

- Perdón amor, parece que no todos en la oficina se enteraron que estoy de vacaciones- justifico mientras escribía.

- No te preocupes.

Llegamos al aeropuerto y se alejo un Poco de mí para hablar por teléfono, ¿Es que ni si quiera este fin de semana lo iban a dejar en paz? Empezaba a odiar su trabajo. Después de registrar las maletas me senté en la sala de espera mientras que él seguía pegado al celular recargado en un muro. Más tarde tomó asiento a mi lado y me dió un beso en la frente y luego empezó a leer el periódico, fantásticas vacaciones iba a pasar, estaba a punto de regresarme a mi casa cuando anunciaron que subieramos al avión.

Afortunadamente en el último minuto había decidido llevar mi iPod, así que cuando anunciaron que se podían aprender aparatos me puse el mío, en tanto veía que Hiccup ya tenía los ojos cerrados, pues claro él está sumamente acostumbrado a los aviones.

Finalmente llegamos a nuestro destino, al subir al taxi le entrego un papel con una dirección, yo bajé la ventanilla del auto para permitir que el aire acariciará mi cara, minutos después llegamos a un bonito vecindario, el taxi se estacionó frente una hermosa casa con techo de dos aguas. El taxi bajo las maletas y las puso justo en la puerta, Hiccup y después me tomó del brazo para caminar juntos, saco unas llaves del pantalón y abrió la puerta, tomo el par de maletas y las dejo a la mitad de la sala. La casa era relativamente pequeña pero muy espaciosa y con muebles rústicos de madera.

-Hiccup, ¿De quién es esta casa? - pregunté sentándome en un sillón.

- De un cliente, me la presto este fin de semana, al parecer quiere venderla y la ando promocionando haber si alguien se interese en ella.

- ¿Tu eres un posible comprador?

- Eso le hice creer con tal de que me la prestará, así nos ahorraremos el hospedaje y lo gastamos en otra cosa, ya después le diré que no te gusto.

- Francamente es muy linda - respondí entrando en la cocina - Pero no podríamos comprarla, el rumbo parece muy caro.

- Lo sé así que mejor disfrutemos de la casa por estos días, subiré las maletas para ir a comer y dar un paseo en los alrededores.

Salí de la cocina para seguir explorando la casa, al fondo había una hermosa cantina con las copas colgando del techo y varias botellas en los anaqueles, fui a curiociar y Vi que había de todo,Ron,whisky,tequila,pero todas estaban ceyadas parecía que estaban de decoración.

Hiccup bajó corriendo las escaleras y nos fuimos. Caminamos un poco hasta llegar a la venida principal y ahí tomamos un taxi. Comimos en un bonito restaurante y estuvimos platicando por un par de horas, como los viejos tiempos.

De regreso pedimos al taxi que nos dejara en la venida principal y bajamos caminando por el cendero jugando y haciendo bromas, me había olvidado de todo eso, Hiccup solía ser muy alegre antes de entrar a trabajar a aquella casa de bolsa que lo convirtió a un adicto al trabajo y no podía sentir remordimiento por mi conducta, él matándose en el trabajo y yo enredándome con un hombre que para completar el cuadro era cliente suyo, me pregunté que cuánto se fecuentaban pero preferí no decir nada.

Al ir cruzando el camino que llevaba a la entrada principal de la casa ,un aroma delicioso a comida llegó a mi nariz,lo que me recordó que hace mucho tiempo yo no cocinaba, Hiccup abrió la puerta y al entrar a la casa escuchamos música proviniente de la cocina, ambos nos volteamoes a ver y le mostré mi iPod que lo traía en mi bolsa de mi chamarra. A si que sigiloso y yo con un poco de miedo, caminamos lentamente hacia la cocina que tenía la puerta cerrada, Hiccup la empujó con sumo cuidado y casi me da un Infarto al ver a Mérida y Jackson cocinando y cantando cuan recién Casados. Volteo a ver a Hiccup con una cara de no dar crédito y él solo se encogio de hombros sorprendido por verlos también ahi. Carraspeo un poco y Mérida nos volteó a ver extrañada pero no sonrió. Jackson también volteó y la expresión en su rostro era indescriptible, no daba el menor inicio de lo que pasaba por su mente.