Historias cortas sobre las palabras de Inktober. Estos son los textos que figuran junto a los dibujos que haré este año. La primera página será información sobre el proyecto.
Muchas veces a lo largo de los últimos años me han comparado –despectivamente– con un perro debido a mi condición de vagabundo. Y, tras una vida entera de reflexión, no tengo más remedio que admitir que es cierto.
Últimamente ha estado pasando por cerca de mi zona un perro viejo y cojo, un husky, pidiendo comida por cerca del mercado. Cada vez que lo he visto, lo he seguido con la mirada, por curiosidad, por ver si le iba tan bien como a mí, por ver si tenían un poco más de piedad; quizá por ver si dejaba de cojear.
Parecía que el perro también se había interesado por mí, me miraba cuando pasaba, a veces se paraba y manteníamos las miradas durante unos segundos. Luego él seguía su recorrido, volviendo con heridas en vez de comida. Seguro que había visto en mí la similitud que yo veía en él.
Con el tiempo dejó de pasarse. Estaba bastante flaco, quizá se volvió tan débil que ya no podía moverse, igual que yo; quizá notaba que sus días llegaban a su fin y decidió no moverse más de donde se resguardaba, como yo. Quizá él ya había tomado la delantera dejando este mundo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
