Imperio Perdido. Naruto Demonio Ninja

Revelaciones.

En la profundidad del bosque que rodea a Konoha, dos Chunnin se miraban con odio en la mirada mientras Naruto observaba sin entender muy bien que es lo que estaba ocurriendo, ver a dos Chunnin de su aldea pelear de esta forma, al punto que podía sentir el deseo de sangre, era una sensación que el cuerpo de Naruto se preparaba para responder ante cualquier situación de manera instintiva.

- Mizuki. Cómo has podido hacer esto??. Traicionar a tu pueblo y a tu gente de esta manera es algo imperdonable. Usaste a un niño inocente para cometer un crimen de alta traición. No mereces ser llamado un Shinobi de Konoha. - Grito Iruka con toda la fuerza de sus pulmones al sentirse traicionado, no solo por un colega, si no por un amigo que ha estado con él desde hace mucho tiempo.

- Iruka. Estoy haciendole un favor a la aldea. Al fin tendrán todo lo que desean. Y yo, solo me llevaré el pergamino sagrado.-  Mizuki actuaba orgulloso de sus actos, como si no tuviera nada de malo  sus acciones.

Iruka no aguanto más y decidió enfrentar a su enemigo con todo su poder. Alejar a Naruto y el pergamino de las manos de ese criminal era algo prioritario.

- Naruto.... Vete de aquí. Vete y no dejes que Mizuki tome el pergamino,  es un tesoro sagrado de la aldea. Debes entregárselo al Hokage a toda costa. Ahora ...¡¡¡Vete!!!- Grito Iruka mientras de su bolsa ninja lanzaba varios kunais contra su enemigo. Mizuki salto  esquivando los kunais. Respondió con la misma técnica, pero combinada con varias bombas de humo que dejaron segado a Iruka.

Naruto tomo la oportunidad y salió corriendo del lugar con toda su fuerza. Iría directo con el Hokage y le entregaría el pergamino, justo como se lo ordeno un verdadero maestro.

Mizuki entro en la nube de humo y comenzó una fiera batalla entro dos Shinobis que peleaban por sus propias razones, pero el combate no duró mucho. La habilidad de Mizuki era superior a la de Iruka y en pocos movimientos tomo el control de la pelea y sin emoción, atravesó el abdomen de su antiguo amigo con Kunai. Iruka escupió sangre antes de recibir una tremenda golpiza a la cara que lo mando al suelo rápidamente mientras salpicaba con su sangre el suelo. Una vez que Iruka quedó en el suelo, Mizuki le aplastó el pecho repetidamente hasta que el castaño escupía más y más sangre. Iruka trato de defenderse y seguir peleando, pero ya no podía hacer nada contra un oponente que tenía ventaja sobre el. Al final quedó inconsciente tras un severo golpe a la cara por una patada de Mizuki que sonreía sádicamente.

Una vez que acabo con su amigo, Mizuki fue tras Naruto, no podía permitir que todo lo sucedido saliera a la luz.  Mizuki estuvo rastreando a Naruto por varios minutos, el rastro se desvaneció en cierto punto, era obvio que el muchacho se había detenido y se trató de ocultar en el momento que se dió cuenta que estaba siendo seguido. Mizuki lo busco desde la rama de un árbol. Naruto se encontraba escondido detrás de un árbol, aferrándose al pergamino con toda la fuerza que tenía.

Mizuki no podía encontrarlo. El muchacho era demasiado bueno para ocultarse, así que simplemente decidió romper el secreto de estado de la aldea de Konoha. - Naruto. Sal ahora maldito demonio y te daré una muerta rápida e indolora.  Ya es hora de que tu existencia terminé, tu vida ha sido la sombra que ha atormentado a esta aldea desde hace muchos años. Tu existencia es un pecado mortal que no se puede tolerar por más tiempo, tu, que eres el contenedor maldito de la bestia demoníaca que aterrorizó a nuestra aldea hace 7 años, el zorro de las nueve Colas, tu eres el Zorro de las nueve colas. Eres un mounstruo, una abominación.- Mizuki grito a los cuatro vientos con todo el orgullo en su corazón. Estaba seguro que está revelación sería suficiente para sacar a Naruto de su escondite.

Detrás de un árbol, Naruto se sentía despedazado, lágrimas saliendo de sus ojos, repletas de dolor y sufrimiento. Algo dentro de él, se había roto. Una sensación de odio y furia surgía desde lo más profundo de su corazón. Ahora todo en su vida tenía sentido, entendía el odió y el despreció que tenía toda su aldea, su propia gente, fue algo que lo lleno de despreció.