22.

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–¿Entonces tu auto se dañó?–

–Sí, algo leve. ¿Quieres comer algo?– asentí y se dirigió a la cocina, lo seguí por detrás.

–¿Qué comeremos hoy?– me senté en la barra.

–Pues nuestros padres salieron, Jessica no está y le dieron el día libre a la cocinera, así que tendremos que usar las provisiones para poder sobrevivir este día– enfatizó.

–No me digas, ¿Fideos?–

–Los más deliciosos que comerás en tu vida y obvio preparados por tu servidor chef y hermano, Yesung– se colocó un delantal de cocina.

–Bien chef JongWoon yo seré su asistente el día de hoy– puse sobre mi cabeza el sombrero de cocinero.

–Perfecto, solo que, el chef siempre lleva el sombrero– me lo quitó.

–Entonces dame el delantal– me crucé de brazos.

–Eres muy testadura, puedes quedarte con el sombrero– entrecerro los ojos.

–Genial, ¿En que te ayudo?– lavé mis manos.

–Puedes ayudarme sacando las ollas y los fideos–

Nadie creería que en tan solo unos veinte minutos ya nos encontrábamos empecinados de polvo de hornear, porque según nosotros haríamos unas galletas como postre.

Los fideos ya estaban listos, el problema era nuestro alrededor y nosotros, toda la cocina estaba empecinada de polvo de hornear.

–Oh valla, ¿Quién limpiará todo este desastre?– rasqué mi cabeza.

–Duh, obviamente tú– sacudió sus manos intentando limpiarse. –Tu fuiste la que empezó–

–Pero tu me seguiste el juego– me cruce de brazos. –Vamos, limpiarlas conmigo, ¿Si?–

–¿Tengo otra opción?– negué con la cabeza. –Bueno, entonces a limpiar–

–Espera, es solo que... – le lancé más polvo de hornear en la cara.

–De esta no te salvas ____–

Y así volvimos a nuestra mini-lucha con polvo de hornear, simplemente parecíamos dos niños jugando con ¿Comida?

Había demasiado por el piso que casi resbalo pero Yesung supo agarrarme a tiempo evitando que cayera.

Mi corazón se aseleró al sentir la tan cerca mío, sentía una fuerte presión en el pecho el cual no puedo describir con totalidad.

Su mirada solo estaba puesta en mi, al igual que la mía en la suya, nuestras respiraciones chocaban mientras me sostenía por la cintura, nos quedamos así como por unos minutos, sin poder estimular una palabra.

–Eres muy fuerte, gracias por no dejarme caer– palme su pecho y luego me separe. –Las galletas están listas– me acerque al horno.

–Eh, de nada... Mejor voy sirviendo los fideos y luego limpiaremos todo esto– asentí.

Retiré las galletas con cuidado y las dejé en la alacena para que puedan enfriarse un poco.

Mes senté en una silla de la barra contemplando al pelinegro, observaba cada uno de sus movimientos, ¿La razón? Pues no lo sé, mis ojos solo estaban puestos en él, okey eso sonó raro.

–¿Por qué me miras tanto, tengo algo en la cara?– dijo haciéndome volver a la tierra, él solo soltó una carcajada.

–N-no, es que yo... Tengo hambre, ¿Y si te apuras?– desvíe la mirada.

¿ME AMAS? [Yesung] [Super Junior]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora