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|A PARTIR DE HOY LOS CAPÍTULOS SERÁN NARRADOS POR MI PORQUE SE ME HACE MÁS FÁCIL|

—¿Sabes que es esto?

—Una caja con hojas hemanito.

El mayor asintió y le extendió unos crayones de colores, la pequeña sonrió un poco confundida y cogió la caja.

—He notado que te encanta dibujar. —dijo obviando la parte en que cuando se refería a dibujar era porque a su pequeña hermana le gustaba garabatear las paredes de la habitación de sus padres. —Pero podrías cambiar las paredes de la habitación de nuestros padres por estas simples hojas.

Su pequeña hermana lo abrazó correspondiendo el mayor al instante.

—Te quieto mucho hemanito.

«»

Una pequeña lágrima rodó por su mejilla inconscientemente, aclaró su garganta para evitar que su voz se escuchara entrecortada.

—Si no llegas en un minuto pierdes al patrocinador y mucho dinero. ¿Puedes dejar de comportarte como un niño?

Apretó el volante mientras miraba la carretera un poco ansioso.

—Tengo algo realmente muy importante que hacer. Sólo posponlo.

—Yo no sé si ese gerente sea pasiente, haré lo que esté en mis manos, si ya no quiere, no es mi problema. —colgó y el pelinegro quitó el aparato de su oído.

No se sentía en buen estado, no quiera ir a hablar con su manager, sólo quería llegar cuanto antes a la casa de sus padres, imploraba porque su memoria ni su vista le fallaran.

Era inevitable ilusionarse, su objetivo era no hacerlo, más ya lo había hecho, con el corazón saltando por su pecho, se estacionó frente a su antigua casa, el lugar donde vivió la mayoría de su infancia, donde tuvo su último almuerzo en paz y con su familia entera.

Salió de su auto y con las manos temblorosas sacó las llaves de su bolsillo. El silencio reinaba en el hogar, nada volvió a ser igual después de aquella tarde, cerró la puerta detrás de él y caminó hacia la sala donde su padre se encontraba leyendo un periódico, al notar la presencia de su hijo sonrió levantándose del viejo sillón.

—Hijo. ¿Cómo has estado? —el de mayor edad se acercó hasta su hijo y lo abrazó.

ByungYeon trató de dejar de temblar pero fue en vano puesto a que su padre notó lo tenso que se encontraba su primogénito.

—¿Te pasa algo hijo?

—No papá, estoy bien. —prefirió callar, no contarle de su tan loca sospecha, sabía que si sus padres se enteraban sobre lo que él pensaba se ilusionarian y eso no era lo que él quería, porque de no ser así dejaría un gran hueco en los corazones de sus padres. —¿Dónde está mi mamá?

—Salió de compras con su hermana, ultimamente ha estado más alegre. Prefiero mil veces verla sonreír y que salga a que se quede aquí deprimida.

Trató de sonreír pero no estaba seguro si lo había conseguido.

—Yo... Vine por unos libros que dejé la última vez que estuve aquí y de paso también a visitarlos. —rascó su nuca y su padre asintió dándole paso a que pueda ir a la pequeña biblioteca que tenían en casa.

Caminó firme hacia la biblioteca, lo del libro era una tonta excusa, sabía que su padre tenía un álbum de fotos de su hermana, no perdería las esperanzas.

Abrió el cajón del escritorio de su padre y con las manos aún temblorosas abrió el álbum.

Su piernas le fallaron y empezó a tambalearse, apretó el borde de la mesa y contuvo un sollozo, lentamente sacó la foto que anteriormente estaba en la billetera de su amigo. La última foto que guardaban de su hermana de unos tres años al lado de la foto de una pequeña ____ de tan sólo cuatro años.

¿ME AMAS? [Yesung] [Super Junior]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora