El reflejo (Hetalia - RusPru)

El reflejo (Cap.6)

Ya hace acerca de una semana que me instalé a vivir temporalmente con Ivan. He de decir que me me convenció él, pero no lo pude evitar: esa carita de oso tan adorable que me puso...

Cuando llegué con las cajas, vi en la cara del ruso una amplia sonrisa, dirijiéndose hacia mí:

- Yo te ayudo, parecen que estas cajas pesan, tienen pinta - y me cogió las cajas sin mucha dificultad. Yo intenté ayudarle, pero se negó, siendo lo más amable y cordial posible. Le contesté con un beso en la mejilla. Me sonrió, agradable por ello, y cuando termina de coger las cajas, me cogió a mí.

-¡B-baja! ¡Rusia, bitte!

Sólo oía su risa, agradable, pero no estaba mal del todo... ¡Qué digo! ¡Alguien asombroso no se pone a lanzar piropos cursis!

Vayamos al tema: terminamos rápido porque no eran muchas cosas las que llevaba en esas cajas. Me estiré, después de estar todo el rato viendo a Rusia colocando las cosas.

Me puse a ver la ventana, ya mojada de la lluvia y me preguntó:

—¿Quieres ver la tele, o jugar a algo? Tengo varios juegos.

—Hm...  ¿Tienes algún juego interesante?

— Wii Party. ¡Es muy divertido!

Me llevé la mano a la cara, resoplando.

—¿Nada de juegos de disparos, rol, nada de nada?— dije desesperado.

—La Wii Party es muy divertida— dijo con su tono inocente. Cogí aire y solté un grito desesperante, diciéndole luego:

—Está bien, jugemos a eso...

Me hizo hueco y me dio un mando. Cuando fuimos a elegir personaje, vi que me hizo uno y solté una carcajada.

—¡Este personaje es asombrosamente perfecto! ¡Como yo!

—Entonces... ¿Significa que te gusta?— murmuró con su vocecita, bastante feliz y con las mejillas sonrojadas, no sé si del frío o de lo que le dije.

—Claro hombre, no te estaba mintiendo.

Aunque me quejara de ese juego, estivimos horas jugando entre risas y partidas y me lo pasé genial. Tampoco necesitábamos un juego normal para divertirnos. Eso fue perfecto.

Ivan se estiró, cerrando los ojos y me dijo:

—¿Te vienes a la bañera conmigo?

Ah no, nein. Me conocía ese truco, aunque fuese la persona más inocente del mundo. Pero fui tan tonto de aceptar

Esa noche iba a ser muy larga.