XI.

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Un golpe en la puerta suena fuertemente.

Bostezo y me estiro un poco.

—Es domingo, maldita sea —reniego.

Otro golpe en la puerta hace que Joel comienze a despertarse también.

Me levanto de la cama con cuidado, maldiciendo a quien sea dentro de mí.

¿Quién se atreve a levantarme cuando  estaba durmiendo con Joel?

Abro la puerta y no hay manera de que sea peor.

Es Yoandri.

—Vine por Joel —suelta sin siquiera saludar.

—¿Qué? —me sorprendo porque no entiendo cuando quedaron.

—Joel y yo vamos a desayunar y pasé por él —me empuja levemente para entrar.

Camina con confianza hasta la sala y yo voy tras él.

Lo detesto.

Estoy por golpearlo con una de mis pantuflas cuando escucho a alguien bostezar a mi lado.

—¿Quién era? —pregunta frotando uno de sus ojos.

—¡Joey! —suelta emocionado y casi se tira sobre él —¿recuerdas que quedamos para desayunar?

Joel asiente y me mira un poco incómodo.

—Iré a alistarme —es lo único que dice y se va por el pasillo.

Lo sigo, porque siento mucho enojo dentro de mí.

—¿Por qué parece que ahora tienes otro pretendiente?

—No es ningún pretendiente —niega —solo vamos a hablar.

—¿Tanto quieres tener a otra persona aparte de mí?

—No es así, Erick.

—¿Entonces por qué vas a salir con él?

—No iba a soltarme si no le decía que sí, el día del entierro y yo necesitaba ir contigo porque estabas triste.

No digo nada más y Joel entra al baño. Al poco rato se va dejándome solo.

Y no llega hasta cerca el medio día.

Cuando entra y me mira, su miraba parece preocupada con una mezcla de algo que me da escalofríos pero lo ignoro.

No le dirijo la palabra porque estoy enojado.

Él dijo que un Joel es para un Erick pero se comporta como si no quisiera que fuera así.

Joel camina por el pasillo, hacia el baño supongo.

Yoandri entra detrás de él y también parece un poco asustado.

—¿Qué haces aquí? Deberías irte.

—Solo acompañé a Joel —se defiende —se más amigable, no fue un buen día.

—Se nota por como llegó —me burlo —¿qué le hiciste?

—No hice nada. Fuimos a una cafetería y una mesera empezó a coquetear con él, hasta le pidió su número pero Joel dijo que su teléfono estaba en Londres. No tiene un celular, ¿quién en su sano juicio no tiene un celular?

Ruedo los ojos desesperado porque termine y se vaya —Él es... especial.

—El problema fue que la mesera se tardó varios minutos en traer nuestro pedido, llamamos a otra que la fue a buscar y la encontró muerta en el baño. Fue horrible, no quiero recordarlo.

—¿Alguien murió? —pregunto asustado.

—Te lo acabo de contar. Así que, se bueno conmigo, creo que tengo un trauma.

—¿Joel lo vió?

—Un poco. Sacaron el cuerpo delante de nosotros.

—Ella...

—Se llamaba Cindy y se burló de Joel por no tener un celular, supongo que era así de molesta con todos y alguien quiso vengarse —se encoge de hombros.

En contra de mis sentimientos mis instintos preguntan —¿Y Joel... estuvo contigo todo el tiempo?

—Claro que sí —responde seguro pero se queda callado unos segundos para pensarlo —Fue al baño un instante.

Siento miedo y no sé porque.

1922 ×Joerick×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora