Se ha curado

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Eran las 6:00 AM en aquel hospital al norte de la Ciudad de México, nos había llevado un caso grave. El nombre del paciente era Saúl Rodríguez, sufría visiones y escuchaba sonidos, recurrieron a mí por qué yo era el psiquiatra más experimentado del hospital.
A las 8 AM el ya estaba en la cama de su cuarto de cuatro paredes blancas y una ventana, en la cual el observaba pasar los carros por calzada de los Misterios.
Yo saludé, me presenté formalmente y le hable del tratamiento, consistiría en pastillas para controlar las alucinaciones y para mantenerlo tranquilo, pues también era demasiado inquieto.
El día uno el estaba recluido en si, las medicinas funcionaron, comió toda su comida y se quedaba mirando a la pared blanca.
Me comunicaron que le había pedido a la enfermera unos gises para poder dibujar, sin embargo había rechazado todos los colores que la enfermera le había traído, pues él solo quería el color rojo y negro. Aquella noche los guardias del asilo psiquiátrico solo lo vieron dibujar en las paredes blancas, toda la noche...
Llegué la mañana siguiente a las 10 de la mañana, y desayunando con un psiquiatra que lo había atendido desde hace tres años, el tenían conductas violentas, pero que a pesar de eso logro casarse con alguien, el nombre de su esposa era Laura.
Ellos eran una pareja unida, a punto de tener un hijo, se habían conocido en la universidad, la había cautivado su forma de ser y su vida. Las historias que le contaba el sobre sus viajes familiares, a grutas oscuras y a pasajes boscosos a través del país. Sin embargo, una noche, su esposa descubrió algo espeluznante, al buscar información sobre el padre de su esposo.
Pues según el, había fallecido en un accidente de tránsito.
Pero ella descubrió algo que le heló la sangre...
Aparecía una nota de periódico, en la cual decía:
"¡Casa del terror!:
el esposo mantuvo encerrado a su hijo y esposa durante 10 años en su sótano. Ahí el trazo murales con gises recreando paisajes diversos sobre bosques, ciudades y otros lugares. El esposo mató a su mujer, cuando ella trataba de escapar, mientras que el hijo al ver la muerte de su madre, corrió a asesinar a su padre de manera grotesca.
Más tarde se diagnóstico que el niño tenía esquizofrenia, además que fue encerrado ahí por que trató de matar a su padre al inicio, diciendo que el era una de las sombras que lo molestaban. El niño fue liberado pues recibió tratamiento médico adecuado para la readaptación social, huyendo de lo que hizo y olvidando lo creándose una idea de que el y su padre murieron en un automóvil..."
Laura, volvió rápidamente con el para hablar de esto de una forma más calmada.
Ella enseñó la nota de aquel periódico, el al leerla se le comenzó a hacer una sonrisa, pero después comenzó a llorar mientras sonreía y veía a Laura con sus dientes sonrientes y sus lágrimas en la mejillas.
El le dijo: -Tu eres una de mis sombras, tu me has hecho recordar esto, ¿por que no me dejan ser feliz?. He tratado de olvidar mis actos y seguir adelante, pero tu. Maldita perra debía de sospecharlo.
Laura le respondió totalmente asustada: - ¿Cuáles sombras?, por favor, no soy eso, soy tu esposa alguien quien amas desde hace 6 años.
Pero el solo le respondió: -eres una de las sombras de mi vida, aparecieron desde que tenía 6 años, mi padre era una, la tuve que eliminar, mientras que mi madre también era una. Estas sombras solo llegaron un día y siempre me susurran cosas, cosas sobre mi vida que deseo olvidar.
Laura interrumpió bruscamente la conversación diciendo:- imposible, tu padre mató a tu madre..-
Y el solo dijo: - no creas todo lo que dicen los periódicos Laura, ¡ellos dos eran unas sombras como tu!-
Y de repente, el comenzó a ahorcarla con sus fuertes manos, mientras ella veía con sus ojos con quien se había casado. Hasta que finalmente los ojos de Laura se desvanecieron en el vacío de su alma y murió, junto con el hijo de ambos aún en su vientre.
Él al volver a ver esto llamó a la policía, y acepto ser internado de nuevo con el pretexto de protegerse de las sombras...
Bueno, después de esa larga historia con el psiquiatra que había atendido 3 años al paciente, sabía a lo que me enfrentaba, a un hombre con culpa y esquizofrenia.
Más tarde, fui a su habitación y le pregunté a el: -¿quieres contarme de las sombras?-
El respondió un poco frustrado recordando: - no recuerdo nada señor, solo sé que salieron de un baúl, no las he vuelto a escuchar-.
Entonces yo le dije: -¿que voces escuchabas?-
El contesto de una forma triste: -la de mi hija, que nunca pude conocer y la de Laura-.
Yo solamente decidí irme y esperar a a observar mejor su comportamiento durante la noche.
Ya era la madrugada y el comenzaba a pintar algo con sus gises, mientras decía: - ¡están aquí!, ¡lo siento!, ¡ayuda!, ¡siléncienlos!-
Entonces corrí a verlo, abrí la puerta y el salió corriendo empujando me, como huyendo de algo...
Entonces ahí es donde vi aquel mural de gises...
En el que estaba su papá, su mamá, su hija y Laura, hechos de una forma simple y poniéndole los nombres encima de cada uno de los dibujos que lo representaban, y al lado las sombras saliendo de un baúl. Donde arriba de las sombras decía: -ellos me obligaron, ahora vienen por mi-.
Y mientras yo leía eso, se escuchaba por el pasillo como se caía un objeto metálico, y como el gritaba: -¡doctor, doctor!-.
Yo era el único en el hospital aún no llegaba el guardia del otro turno. Pero decidí ir con el.
Y al llegar al pasillo me encontré con una imagen que me marcó de por vida.
Era el, sosteniendo sus ojos con las manos, con bisturís clavados en los tímpanos de las dos orejas. Mientras me decía: - doctor, no sé si este ahí pero...
¡Al fin me he sanado, ya no los escucho ni veo, me he curado!

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