no me mires con esos ojos

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Escapando en el carro, veía los diversos bosques de cedros y pinos alrededor de la carretera, salí de mi casa por que los vi a ellos, ya los había visto cientos de veces antes pero de alguna forma siempre me escabulló de ellos, pero regresó a mi casa.
Mi casa es pequeña, blanca totalmente, tengo mi cama y mi escritorio juntos, tengo mis pinturas y dibujos, me gusta plasmar lo que veo, lo que me pasa por mi cabeza, siempre los pinto a esos sujetos, con sus lentes viéndome, analizando cualquier movimiento que hago.
La mañana del día de hoy volví a abrir la puerta y salí.
Sin embargo el principal problema no son esos tipos, es esa sombra.
Tiene ojos azules, pestañas largas y están maquillados, sin embargo eso es lo único que se le puede ver a tal sombra.
Siempre que salgo me sigue, me amenaza, y esta vez no es la excepción.
Después de salir y tomar el carro huyendo supe que me seguían eso tipos, junto con la sombra, ambos en el mismo carro.
Debo desviarme debo verte a ti, debo de ir al lugar seguro donde nos vimos por última vez, donde nos despedimos, donde tu me llenaste de tristeza y melancolía, pero no me importa Mariana, debo verte...
Contigo me sentía seguro, contigo me sentía amado.
En esa fiesta éramos tu y yo, tus amigos y tu familia, conformada por Guillermo tu padre y tu hermana Andrea.
Ellos se nota que no me querían, desconfiaban de mi. A pesar de eso pudimos estar juntos, todo bien, todo era hermoso y perfecto.
Nos mirábamos juntos, nos besamos, nos abrazamos. Parecía como si estando juntos todo el tiempo se detuviera y fuéramos uno.
Pero todo cambió por ese día, ese odio ese engaño.
Volviendo a mi imagen en la carretera, camino y recuerdo, recuerdo los paisajes de la carretera como si fueran el vivo recuerdo de aquel momento en que huimos a celebrar nuestro aniversario, antes de... eso que pasó.
Siempre pintó el paisaje, lo tengo plasmado en mi memoria.
Pero mi memoria no es tan buena, estoy preocupado por que olvidé tu rostro, olvidé el rostro de mu amor eterno.
Miro en el espejo retrovisor y veo esos ojos, me avergüenzan me perturban, me ponen paranoico, esa sombra va junto esos dos hombre en un mismo carro.
Estoy cerca del lugar, siempre pinto ese lugar donde estoy ahora, me bajo del carro, corro lo antes posible.
Esos hombre me han logrado seguir, están en el mismo lugar, la sombra y ellos están tratando de encontrarme.
Yo sé dónde estás, pero debo ir ahí con herramientas.
Mientras veo como ellos están con sus linternas en la noche, tratándome de atrapar tras los pinos de este espeso bosque.
Me llaman por mi nombre...
Yo solo escarbo tras la tierra y te encuentro al fin, te vi en tu lugar secreto...
Aquí me dijiste que me amabas por última vez, aquí me dijiste que te dejara ir...
Después de que maté a aquel tipo con el que me engañabas. Sé que ya habían pasado meses de lo nuestro, pero a ti no se te puede superar fácilmente.
Decido caer en el agujero contigo y te abrazo, recordando tu rostro y tus hermosos ojos azules y pelo rubio, es un momento feliz al abrazar tu frío cuerpo, se detiene el tiempo.
Pero entonces la sombra llegó, me miró con esos horribles ojos y solo gritó.
Los hombre llegaron un minuto después y me sedaron.
Me regresaron a mi hogar, pero ahora con policías, haciéndome preguntas sobre ti Mariana, esta vez cerraron la puerta con seguridad y me pusieron la camisa que más odio. La camisa que no me deja mover, ustedes le llaman camisa de fuerza.
Entonces entro la sombra hablando, maldiciéndome, y justo cuando vi sus ojos y me perdí profundamente supe que eran como tus ojos, al fin pude quitarme todas esas sombras y noté que era Andrea preguntándome y hablando de ti. ¿Por que lo hice?, ¿Cuándo lo hice?, ¿Qué pasa por mi mente?. Yo solo digo basta, ¡basta!
No me mires con esos ojos, ¡no me mires con esos ojos!
Y mientras digo eso los recuerdos vuelven a mi, la frustración por ese día, la pesadez y de nuevo la sombra cae sobre Andrea...
¡Basta! Me desmayo, y a la mañana siguiente solo digo: no me mires con esos ojos, y ya no puedo salir de mi casa blanca de cuatro paredes y entran dos tipos que siempre veo, los que me analizan.
Me dicen que la policía ha hallado a Mariana al fin, que no me dejarán salir de mi casa nunca más, que todas las salidas de mi casa fueron para buscarla, que estoy bajo arresto, pero yo los ignoro, por que sé que escaparé de cualquier manera y te volveré a ver. Sé que esta vez me perdonarás y al fin volveremos a estar juntos...

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