Esposa salvaje del emperador fantasma: la señorita mayor y elegante

Capítulo 110: El emocionado Segundo Tío (2)

Montaña trasera de la Residencia Yun

Un hombre sentado en una silla de ruedas, todo su cuerpo estaba bañado por la luz del sol, y su túnica cian estaba envuelta en una tenue luz.

Un libro fue colocado en sus piernas; todo su enfoque estaba en este libro, así que ni siquiera sintió a Yun Luofeng apareciendo a su lado.

"Segundo Tío".

Una voz familiar y gentil se oyó de repente desde un costado, haciendo que el hombre girase la cabeza. Después de ver a la joven que estaba a su lado, su rostro refinado y guapo mostró involuntariamente una sonrisa.

Su sonrisa era muy bella y fácilmente conmovió el corazón de Yun Luofeng. El desconsuelo que tenía también era increíblemente fuerte, apretando sin piedad su corazón.

Yun Luofeng miró a este hermoso hombre que hacía doler el corazón de la gente y dijo: "Segundo Tío, hace tiempo que cuido tu cuerpo para que recupere la salud. Ahora puedo empezar el tratamiento final, y pronto podrás pararte sobre tus piernas".

Los dedos de Yun Qingya, que estaban volteando las páginas del libro, se congelaron abruptamente. Levantó su hermosa cara y preguntó con incredulidad: "Xiao Feng'er, ¿acabas de decir....que sería capaz de levantarme de nuevo?"

Yun Luofeng miró fijamente al hombre, asintiendo solemnemente. "De hecho, por mucho tiempo he sido capaz de hacer que te pongas de pie de nuevo, sin embargo, si no te cuidara hasta que recuperes la salud durante algún tiempo antes de esto, incluso si te pusieras de pie, tus piernas no estarían tan ágiles como antes. Así que tuve que esperar hasta hoy antes de decidir tratarte de verdad".

La respiración de Yun Qingya se detuvo. Para ser honesto, el anterior él simplemente no podía imaginar que llegaría el día en que sería capaz de levantarse de nuevo. Aunque Yun Luofeng lo había prometido antes, ¡no se atrevía a creerlo!

Tenía miedo de que después de creer, ¡recibiera desesperación en su lugar!

Ahora, ante los ojos llenos de confianza de Yun Luofeng una vez más, de repente se quedó perplejo. ¿Quizás su sobrinita podría curarlo realmente?

"Segundo Tío, no pasará mucho tiempo antes de que puedas volver a levantarte, y ya no tendrás que depender de una silla de ruedas para caminar."

Yun Luofeng se rió un poco. Ella había esperado este día durante mucho tiempo....

"Pequeña Feng'er". Yun Qingya se recuperó, y una suave sonrisa apareció en su rostro de piel clara. Un par de ojos hermosos miraron intensamente a la joven que estaba de pie a su lado y dijo en voz baja: "El segundo tío puede dejar que lo intentes. Incluso si fallas, no necesitas desanimarte. El segundo tío ya está muy contento de que tengas esta intención".

Sus palabras no solo se pronunciaron por el bien de Yun Luofeng, sino que también tenían la intención de advertirse a sí mismo dentro de su mente.

Si su tratamiento fallaba, no podía mostrar ninguna decepción; de lo contrario, el que saldría herido sería Yun Luofeng.

"Segundo tío, estoy 100% seguro de que puedo curarte." Yun Luofeng parpadeó a Yun Qingya, y sus oscuros ojos se llenaron de confianza. "Levanta tu ropa ahora, para que pueda hacerte acupuntura".

"Está bien." Yun Qingya sonrió débilmente y levantó su ropa sin dudarlo, revelando su par de piernas moradas oscuras.

Las dos piernas estaban cubiertas de negro y morado, lo cual era obvio que alguien las había pellizcado duramente. Y después de ver esta escena, Yun Luofeng levantó la vista y su asombrada mirada aterrizó en el refinado rostro del hombre.

El tono del hombre era distante, como si estuviera contando un asunto insignificante. "Estos últimos diez años, no he sentido ninguna sensación en mis dos piernas. A veces, no estaba dispuesto a aceptarlo y los pellizcaba. También he llegado a usar un martillo para golpearlos o fragmentos rotos de cuencos de porcelana para cortarlos. Sin embargo, no importaba cuánta fuerza usara, todavía no podían sentir el más mínimo dolor. Más tarde....la criada que me sirvió descubrió mi automutilación y se llevó el martillo, y los cuencos de porcelana también se convirtieron en cuencos de madera".