Escúchame

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Tendría algunas cuentas por arreglar, definitivamente iba a encargarme de eso, nadie maltrata lo que es mío, sin importar si no lo conocía, estaba claro de que íbamos a ser amigos, desde que nacimos estábamos unidos por mi padre, mi tonto padre podía darme al menos algo bueno, un hermano que borrara parte de mi soledad.

Volvimos a clases y lo vi más tranquilo, al menos ya había dejado de llorar, no me gusta que los que estén cerca de mi sientan tristeza y lloren, porque me molesta de alguna forma.

Estaba hipnotizado por la nube que rodeaba el salón cuando me di cuenta de que estaba solo porque ya todos se habían ido, aunque él no aparecía, sin embargo dos tipos entraron, uno de ellos es con quien platiqué hace rato.

-Sawamura está en manos de Tomo en este momento, no le hará nada

-¿Qué quieres?

-Vengo a advertirte que sin importar que hagas él será mío siempre, además si sigues interponiéndote, te anexaré a mi perras

-No creo que puedas, no me intimidas -me levanté de mi asiento para ir a la puerta y caminar lentamente hacia mi nuevo amigo.

-Miyuki Kazuya, te advierto que no le hables

-Me dan igual tus advertencias, pero a ti supongo que no te quedará claro si no hago algo -volteé la mirada y lo vi con esos ojos que no quiero enseñarle a Eijun 

-¿Quieres morir en mis manos? -no estaba jugando, nada iba a costarme matarlo 

-¿Te ha comido la lengua un ratón? Bueno... si no deseas perder tu miserable vida, no toques más a Sawamura -parece que me entendió porque me acerqué a él y cayó de sentón al piso.

-Bien, pareces que la has captado, entonces espero no volver a conversar contigo -me di la vuelta y salí para ir a donde estaba Eijun, estaba en su salón, tal como pensé, con ese tipo, pero tenía una cara un poco extraña.

-Eijun, vámonos, no van a molestarte nunca más

-No olvides darme una respuesta Sawamura, esta vez dime la verdad -ese tipo que antes lo molestaba lo dejó en shock, algo no me gusta de todo esto.

-¿Qué te dijo?

-Me... me... me dijo que quería salir conmigo -¿salir? Caminé rápido para encararlo y decirle unas cuantas cosas antes de que alguien nos escuchara.

-No te le acerques

-Ese chico... me ha gustado desde que entró en la escuela, por eso estaba molesto

-Yo no te permito esa clase de sentimientos por él

-¿Por qué no? ¿Acaso estás enamorado de él?

-Es mi amigo y... 

-Miyuki-san, los amigos no pueden interponerse entre una relación, quiero algo serio, lo hablé con mi padre y me autorizó, no te metas en eso

Me dejó callado, era verdad, yo no podía interferir, éramos amigos, pero... nada más, entonces ¿Por qué estaba enojado? Me conozco, esta fuerza con la que la sangre recorre mis venas la he sentido únicamente cuando estoy enojado.

-Vamos a casa

-Si...

-No pienses en eso, olvídalo

-Pero yo...

-¿Vas a decirme que el tipo ese te gusta?

-No, eso no...

-Entonces olvídalo -en cierta forma ya me había acostumbrado a que fuera tan callado en la escuela, no gritaba tanto como cuando estábamos en casa o cuando jugábamos, su sonrisa era opacada por el maltrato de los estudiantes.

Como sentirteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora