Capítulo 6: Redada

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Las armas están listas, la estrategia también, solo hacia falta tomar a los soldados perfectos para la ocasión.

Y a pesar de ser perfectos para cada uno de los tipos de ataque, los rencores y el orgullo son más fuertes.

— Heather y Moore se quedarán por este día

Las impresiones resaltaron al mismo tiempo en el que el oficial termina de ordenar.

— ¡Eres... Un maldito! — grita Frank abalanceandose a Jerem con insenciones de taclearlo, pero los demás toman a Moore antes de que pueda atacar.

— Que esto te sirva de lección por no obedecer órdenes de fuera — le dice con coraje — Por algo no te convertiste en un Oficial

Da una señal y la mayoría, en conjunto, se van en la camioneta.

Frank solo se encarga de abrir y cerrar la puerta de la misma forma y quedar cabizbajo ante los comentarios.

Después de aquello, sólo se mantiene pensativo mientras patea una que otra piedra.

— No se que decirte Frank, nunca he sido capaz de animar a alguien sin necesidad de hacer sentir mal a otras personas — los ojos de Sabrina se mostraban sinceros. — Es bueno empezar una vida nueva por que puedes volver a ser la persona que siempre fuiste en tu interior, o tal vez reflexionar por qué pasaron las cosas y mejorar para bien

Una pequeña sonrisa se postra en el rostro de Frank, mira hacia el muro y baja la cabeza.

— Bien compañera, tengo mucho que aprender de esta zona. No soy experto en nada de esto, así que, cuanto más antes, mejor —empieza a hablar con un tono más alegre.

Mientras tanto...

Dentro de la ciudad muerta, caminan la unidad de ataque, mirando de este a oeste, esperando un ataque sorpresa.
Llegan a metros del lugar sin problemas.

— Ya saben que hacer todos:

»Jelizer disparará una bala casi inaudible hacia el cable de la corriente eléctrica, ésto hará que la cerca electrificada y todo el suelo sea completamente pasable, Sargento y Cabo estarán cubriendo la parte trasera, en caso de que traten escapar Dunnigan se encargará de la dosis correcta para sedarlos, Rachel me respaldará por si nos duplican en equipo, aun así, no duden en lo que es correcto y lo que no. Estamos en un punto de la vida donde solo necesitamos seguir las órdenes para sobrevivir y hay que obedecer ante todo«

El oficial marca las señales donde Leziu y Garred toman el lado trasero, Jelizer será el refuerzo principal derecho y Lizz el refuerzo izquierdo mientras el Oficial toma la delantera.

Jelizer apunta con seguridad, toma un respiro y dispara, traspasando la bala por el cable. Después de ello, las voces dentro de la casa empiezan a escucharse. El Jefe sale buscando a un par de cuervos que piensan son el el causante de la electricidad cortada.

Lo que encuentra es a tres pares de armas apuntando a su cráneo. Sigue el olor a pólvora y se da cuenta de lo arrinconado que estaban.

Los tres soldados se acercan lentamente hacia el jefe, quien ahora es apresado.

—¡No saben lo que están haciendo! —dice antes de entrar a punta de pistola.

El hombre patea al oficial y corre hacia un botón que parece ser una alarma.

El sonido vibrante se escucha en el pequeño lugar, y las personas salen de sus cuartos para correr despavoridos. Voltean a la entrada y ven el trío de soldados, se van a la salida trasera y llegan los hermanos Sanders apuntandolos sin alguna emoción en sus rostros.

Instantáneamente el oficial toma al hombre, saca una navaja y la inserta en su cuello pero sin presión para evitar muertes sin sentido.

— Si no quieren que su jefe termine siendo devorado por los zombis, es mejor que sigan nuestras órdenes —grita el oficial a los estáticos jóvenes.

Su voz retumbaba a metros del bosque, donde un ágil sentido del oído siente la presencia del grupo de personas.

Unas malformaciones en los pies se levantan y un brazo de más suelta la carne pequeña de un ratón que estaba a punto de terminar, sintió un olor demasiado provocativo, el olor a vida.

Al mismo tiempo, el grupo de rebeldes baja la cabeza y acceden con tal de no perder al corazón de su reveldia, el jefe más leal que habian tenido.

— Dunnigan, sal y reporta el rescate —comanda el oficial

— ¡Esto no es un rescate! Por favor dejenos vivir aquí. —el oficial hace caso omiso — Por lo menos háganos componer la energía, ¡necesitamos electricidad ahora! — pide con preocupación.

— Nos iremos en unos minutos ¿Te preocupas que las arañas no tengan electricidad? — se burla Jerem.

— No sabes lo que haces —susurra cabizbajo.

Jelizer termina de hablar con Sabrina sobre la preparación de los transportes para llevar a los rescatados al centro de resguardo, admira un poco el paisaje con un pequeño respirar y se concentra en un punto.
Entre los reflejos del sol en los pinos ve una figura inquietante y sin pensarlo prepara el arma de dardos tranquilizantes con torpeza y miedo de ver tan horrible, grande y al parecer, fuerte zombi.

— ¡Oficial, ha llegado un Sobremutado! —grita apuntando su cuello.

Dispara y  lastimosamente falla, luego busca otro y tira en su rodilla. Esto no lo hace detener y toma una pistola para intentar herirlo.

El oficial oculta al grupo en la casa con Garred y Lizz cuidando.

— Sanders, ¿aún no tenemos al Sobremutado, cierto?

— ¡No señor!

— ¿Entonces que esperamos?

— Pero señor, no tenemos el equipo necesario, y Moore está en vigilancia

— Habrá que improvisar

Sin crear muchos movimientos, el zombi solo lanza a Jelizer a la pared de la casa con fuerza. Y sigue caminando hacia el sargento y el oficial, quien ven con repugnancia la grotesca apariencia del zombi.

Un grupo de rehenes, un herido y un armamento casi inservible, además de descartar el echo de carecer con el arma principal de las cazas, Frank Moore. ¿Que pasará?

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