Capítulo 3: Cacería Muerta

20 4 0
                                    

— Bien amigos, recarguen sus baterías que esta semana será larga —el Oficial se levanta y empieza a estirar sus músculos.

— Bien señor, los tenemos —habla el Sargento

—Bien Sanders, habla —se preparan para escuchar la información recabada.

— Son cuatro tipos de zombies los que hemos encontrado en casi un año de empezar con este movimiento. Son muy diferentes entre ellos, así que son fáciles de identificar...

«El primero es el zombie básico, algo comúnmente llamado así por no mostrar ningún cambio en su mutación, simplemente es un cuerpo sin mente y con un incontrolable instinto por devorar todo ser vivo»

«El segundo es un zombie mutilado, una especie más asquerosa que la anterior, ya que sólo este cuenta con partes de su cuerpo sólido, los demás miembros, tanto externos como internos, fueron implotados de su cuerpo de manera "natural" »

«El tercero es un zombi sobre mutado, el exediente, es un zombi con extrañas malformaciones de más en su cuerpo que lo hacen más peligroso. Ya que, a pesar de que carece de sentido, puede encontrar a su víctima donde sea que esté, ayudándose de sus manos u ojos de más.

«El último es el zombie rastreador, alguien de quien debemos tener cuidado. Este ser carece de la parte superior de su cabeza, no tiene ojos pero sí parte de sus oídos y su olfato. Aquel zombie fue sobre desarrollado, el extremo por ello su cerebro estalló, haciendo que dependa de sus demás sentidos. Puede encontrar a un ser vivo a casi kilómetros de distancia, cualquier movimiento cercano, podrá sentir tu calor o las ondas sonoras de tu cuerpo. »

— Tenemos un maximo de seis horas al día, para evitar problemas de un tipo mayor — Paul recalca el número de horas para cerciorarse de que prestaran atención los demás — Nunca se alejen por ningún motivo. Recuerden que debemos cubrir si queremos que nos cubran, si queremos regresar a casa la siguiente semana y aliviarse unos días de esto.

Todos asienten y bajan en posición de escudo, vigilan el edificio a donde irán y entran con cautela.

— Lo complicado aquí, es que nuestros rastreadores solo encuentran a las personas vivas debido a la temperatura de sus cuerpos. Por lo tanto, debemos cubrirnos y esperar a ser la carnada para encontrarlos — Dice, pero pronto es callado por el Oficial

— ¿Crees que me quedaré aquí toda la tarde? —el joven alza los hombros y Jerem se dirige a los demás — Señores. Nos iremos de cacería —les sonríe como si se tratara de un deporte divertido — ¡Garred! Un lugar donde podríamos encontrar a uno de los zombis

— Los Básicos están en todas partes, el mutilado en algún lugar de aguas contaminadas, el exediente en el bosque y el rastreador, él ya debería estar siguiendonos

— Moore, prepara el tranquilizante. Debemos llevarlos "vivos" a la central

Frank se dispone y camina adelante, asegurándose que alguien esté atrás de él, para cubrirlo.

Unos segundos de silencio avecinan el acontecimiento temido, siguen adelante y esperan el momento apropiado, un vidrio roto siendo pisado hace estallar las miradas en el punto del sonido. Una silueta corre hasta el edificio más cercano.

— Llegó la hora —Frank respira profundo, sin perder aquella sombra de su vista y con un impulso, empieza a seguir lo que parece ser el rastreador.

— ¡Hermanos Sanders, traten de rodearlo. Moore, prosigue la persecución, yo te cubro junto con Dunnigan! —comanda el sargento y todos siguen las ordenes.

Leziu empieza rodeandolo a su izquierda, después de girar el zombi, llega Garred en la derecha, los dos con armas cargadas y con cuidado de no dar con ellos mismos. El rastreador siente la presencia de Frank al querer regresar por el camino que recorrió, cuando trata de subir una plataforma rota, el dardo se inserta en su cuello y cae cual venado cazado.

— ¡Bien! — celebra Jerem — ¡Tenemos al primero!

Utilizan una red metálica, para cubrir al ser adormilado y lo atan en la camioneta.

Esta listos para regresar a la entrada pero se percatan de algo, y es que no están solos ahí. Algo los vigila.

Los gemidos mutantes empiezan a escucharse en el fondo. Un agudo sonido sale por la garganta del aprisionado. Como si se tratara de una cría y su manada buscándolo.

Todo esto alerta al grupo y empiezan a apresurar sus pasos.

— Hermanos Sanders y Dunnigan, lleven al ser al carro, inyectenle otra dosis de sedante para evitar otro caos. Nosotros los cubrimos... Necesitamos por lo menos un Básico ¡Vamos todos! —Ordena el oficial

Los disparos se empiezan a escuchar, matando con precisión a los zombis excepto a uno.

— ¡Rápido Moore, el dardo! —tan rápido como puede, Frank bloquea el arma que lleva y la guarda, para tomar la pistola de dardos, toma uno y lo carga.

A pesar de su irresponsabilidad, Frank tiene algo que no han tenido muchos y es que, desde el principio le resultó fácil disparar con mucha exactitud y tine. Por ello sigue en una de las mejores unidades de la central.

Sin pensarlo dos veces, Frank dispara y da en su brazo, donde las venas sucias se encargarán de detener su corrompido cerebro por un lapso.

Rápidamente corren a verlo en el suelo, toman una cuerda y lo atan, además de atar su boca por si despierta.

La señal de radio empieza a sonar, la otra parte del equipo hablan por el aparato queriendo descartar bajas.

— Aquí el Sargento Sanders, ¿están todos bien?... Cambio...

— Aquí el Oficial Paul, se da por terminado el plan, ¡fue un éxito!, esperen en el punto de reunión, ya vamos; cambio y fuera—responde y se preparan para irse.

El sonido de los disparos ha despertado la curiosidad de un ser superior a los otros, este sale en busca de la causa del sonido y encuentra a los dos sujetos levantando a uno de los suyos.

— Aún después de todo, me sorprende que no te de miedo tratar con zombis. — Dice Jerem tratando de no dejar algún hueco de incomodidad en el camino al transporte— Digo, cualquier chico estaría asustado

— Muchas veces debemos aprender a sobrellevar los miedos por el bien de los nuestros. No hay que ser víctimas de un maldito trauma. Muchos pasamos por esto, por algo estamos aquí...

— Tienes toda la razón —inquiere Jerem pensativo.

— ¿Te pasa algo? —pregunta Frank al escuchar su tono de voz y las palabras que utilizó

— No, ¿por qué lo dices?

— Es la primera vez que me das la razón

— Porque es la primera vez que la tienes

Los dos sonríen mientras están a punto de llegar al punto de reunión.

Mientras un par de ojos claros miran desde lejos una figura familiar de hace mucho tiempo.
Ese par de ojos tratan de seguir el carro pero este sale del muro y se detiene.
Solo se queda planeando su próximo ataque para regresar a esa figura tan conocida y tan amada.

Gracias Por La Vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora