Prólogo

35 3 0
                                    

ver todo aquel lugar que me recordaba miles de historias con él, no sé sus ataques controladores, sus celos. TODO.

Sigue el dolor de la muerte de mi mejor amigo, ese día estalló es un psicópata, todos callan por el miedo de sus acciones.

Ahí estaba él a lado de la cafetería "TROKS", traía su americana negra y sus ya tan famosos skinny jeans, el aspecto de chico rudo le quedaba tan bien.

-Hola nena.- dijo tan cortante, como es posible que dos esas dos palabras me recorra un viento helado toda mi columna.- ¿Por qué hasta ahorita? - Sus ojos apuntaban a un regaño seguro, la sangre dejó de circular de mi cuerpo, me daba mucho miedo esa actitud.

-Amm ho-hola, estaba ayudando a Freddy con algunas tareas-. Sentí como se le iba subiendo el cólera y apretaba tanto el cuerpo que a través de la americana se le notaba los músculos, la tensión era palpable y se podía cortar con una navaja.

-Oh dulzura, no me gusta que ayudes a ese idiota, él puede hacerlo sólo, sabes cuánto detesto que llegues tarde- En ese momento me acerco a él, besándome salvajemente y tocando en lugares inadecuados, haciéndome de su propiedad, bajo y mordisqueo mi cuello.

-Lo- lo siento Alonso, es mi amigo y como sea eso me ayuda en mis calificaciones, es para una buena causa.- Él prosiguió besándome el cuello, subiendo al lóbulo de mi oreja- Alonso aquí o, alguien podría vernos ¿Sabes?

-Tienes razón, no quiero que alguien vea lo que es mío, oh por cierto iré a verte esta noche, ya sabes a qué hora, ponte esa sexy pijama que tanto me gusta, sabes quiero hacerte mía, que grites mi nombre hasta que los vecinos se aprendan mi nombre, espero haber sido el primero en verte, ya sabes a lo que me refiero.- La tensión de su cuerpo había desaparecido, él se adentraba a la oscuridad de la avenida.

-Bueno, me voy- Estaba a punto de despedirme cuando me interrumpió.- ¿Y quién te dijo que podías marchar ___?- Y otra vez el cólera emanaba de sus venas apretandoiolos puños, se veía como la sangre dejaba de circular de ese lugar.- Iré a mi departamento, te espero.-

-Buena chica, te puedes ir, te veo a la misma hora y cuidadito que te desvíes en el camino ya sabes cómo soy ¿Entendido?- Sólo pude asentir, cuando él desapareció en medio de esa oscuridad, sólo estaba yo y la ráfaga de viento que azoto de repente y no me quedo más remedio que dirigirme a mi departamento.

¿ES DÓNDE ME CUESTIONO, EXISTIRÁ ALGUIEN QUE LE SOPORTE TODO ESTO Y ENCIMA QUIERA MÁS?

Te diría te amo, pero luego tendría que matarte. (Back)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora