DYNAMIS: Salvar o Destruir - [BTS & TXT] - (Agentes Especiales)

Capítulo 4: La Prueba

Si en alguna parte del cap se confunden, dejen un comentario allí y yo con todo el gusto les explico. ^^

O, si quieren, pregunten por el chat privado.

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La holografía ya había dibujado la situación, distribuyéndose hasta colorear la escena de lo que parecía ser un parque de diversiones abandonado y lúgubre. Unas líneas aleatorias se juntaron creando un holograma de los cinco chicos colgando amarrados de una cuerda sobre un tanque de agua.

Una camioneta salió de entre los puestos y kioscos del lugar y rodó hasta estacionarse frente al tanque de agua sobre el que colgaba TXT. De ella bajaron cinco hombres vestidos de negro, seguidos por un peculiar hombre vistiendo un traje rojo formal, rasgado y sucio con un corbatín de pajarita atado a su cuello.

—¿Por qué siempre deben haber metiches? —dijo caminando hasta el tanque de agua y mirando en específico a Soobin sobre él. En su tono de voz se notaba su desequilibrio mental—. Pero al menos hubiese preferido unos metiches más grandes. Me siento degradado al ver que mandaron a unos niños. —Con su lengua delineó sus delgados labios—. Aún así, me ahorraron tiempo. Solo llegaron y... puf... los atrapamos —dijo seguido por una macabra y solitaria carcajada.

SB: —¿Qué quieres? —preguntó Soobin al reunir valor para alzar la voz desafiantemente.

—No quieras hacerme quedar como el que busca algo —anunció el maestro de ceremonias—. Yo solo vine hasta acá para continuar con mi acto de circo privado. Ustedes llegaron solos, metiches. Pero no se preocupen, todos tienen un cupo abierto en El Sangriento Circo de KwonSu. —dijo escondiendo una sonrisa oscura. Hizo un movimiento con su mano hacia un par de sus hombres para que buscasen algo en la camioneta. —Lamentablemente ustedes no serán el primer acto.

Tras el anuncio, los hombres sacaron del auto a una mujer amarrada de manos y pies que se abatía en movimientos bruscos para que la soltasen. La llevaron hasta una ruleta de madera que debía ser de algún juego de puntería para ferias y ataron sus brazos y piernas a ella.

La mujer gritaba rasgando el ambiente aún por debajo de la venda que mordía entre sus dientes; el macabro hombre vestido de maestro de ceremonias hizo un ademán para que uno de sus hombres le quitara la venda de la boca.

—¡Maldito! —vociferó la mujer en cuanto sus labios fueron libres, llorando con la consciencia perdida—. ¡¿Qué quieres?! —gritaba con voz quebrada.

—Un circo es para divertirse, así que, ¿tú qué crees?—respondió con aire de superioridad—. Es simple, en el sangriento circo de KwonSu amamos los gritos, y quiero que sueltes todos los que tu cuerpo tenga reservado en cada rincón.

Los gritos que daba la mujer ahora eran más desgarradores y dolorosos, marcando el camino de las venas entre sus clavículas y el cuello, mientras se batía con movimientos inútiles por zafarse de los amarres que la mantenían colgando de la madera.

El maestro de ceremonias sacó del interior de su chaqueta roja un juego de dagas afiladas y las mantuvo en su mano izquierda; para luego indicar a uno de sus hombres que hiciera girar la ruleta, donde la mujer empezó a virar mareándose y sintiendo la bilis acariciar su garganta.

El hombre de rojo comenzó a balancear uno de los cuchillos en su mano derecha, pero al contrario de lo que se espera en un acto de circo, en sus ojos se leía toda la intención de lanzar el cuchillo y clavarlo en el cuerpo de la mujer y no en la ruleta de madera.

YJ: —¡Debemos hacer algo ya! —exclamó Yeonjun susurrando entre dientes para que solo sus amigos escucharan.

BG: —Kai —exclamó Beomgyu manteniendo el mismo tono de voz—. Desintegra estas cuerdas.