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Harry sintió que el corazón se le agitaba dentro del pecho al llegar a King Cross, aun no podía creer que Tío Vernon haya accedido a llevarlo y mayor fue su sorpresa cuando cargó el pesado baúl del Ojiverde y lo llevó por la estación, hasta que el gordo hombre se detuvo frente a las plataformas y con una sonrisa perversa descargó el baúl y mientras lo bajaba se inclinó y le susurró a Harry palabras cargadas con crueldad.

- Suerte encontrando el estúpido anden, estoy seguro que en la noche estarás rogando cobijo en mi casa, entonces disfrutaré desplumando a esa sucia ave tuya frente a tus ojos.

Harry evitó temblar para no complacer a su tío, quien parecía disfrutar verlo encogerse de miedo, se dirigía a pedirle indicaciones a un guardia que se encontraba cerca, cuando un desgarrante dolor invadió su pecho, sentía como si su corazón fuese a romperse y aunque el dolor duró unos pocos segundos, para el Ojiverde se sintió como una eternidad; Cuando el dolor al fin se detuvo, Harry parpadeó rápidamente para luego quitarse los lentes y arrojarlos al piso, sonriendo cuando los hizo añicos con un pisotón.

Harry evitó temblar para no complacer a su tío, quien parecía disfrutar verlo encogerse de miedo, se dirigía a pedirle indicaciones a un guardia que se encontraba cerca, cuando un desgarrante dolor invadió su pecho, sentía como si su corazón fuese...

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- Esto es genial - Susurró el Ojiverde caminando hacia la pared en medio del Anden 9 y el 10 atravesándola sin problema alguno, encontrándose al otro lado con una locomotora de color escarlata que reposaba en el anden repleto de gente - En realidad podré ir a Hogwarts.

Con alegría el Ojiverde arrastró su pesado baúl hacía el tren, las cosas iban a ser diferentes a partir de ese momento y eso lo complacía, iba a levantar el baúl para subirlo al tren, pero se detuvo como si recordase algo e hizo una mueca de dolor, con duda miró hacía todos lados como si quisiera pedir ayuda, hasta que vio a un pelirrojo alto, delgado y con el rostro lleno de pecas, quien pasaba a su lado con un gesto de frustración grabado en su rostro.

- Disculpa - Dijo Harry llamando la atención del pelirrojo quien lo miró de forma interrogante - ¿Podrías ayudarme a subir el baúl al tren? Es demasiado pesado para que pueda hacerlo yo solo.

-... Claro, es mi deber como prefecto ayudar y guiar a los mas jóvenes - Contestó el pelirrojo señalando de forma nada discreta una insignia que adornaba su túnica - Tienes suerte de haberte encontrado conmigo, otros prefectos no toman su deber tan en serio como yo.

- Te lo agradezco mucho - Dijo Harry subiendo al tren tras el chico de pelo rojo - No he conocido a muchos prefectos, pero estoy seguro que eres el mejor.

- Por supuesto que lo soy - Dijo el pelirrojo sintiendo su ego inflarse ante el elogio - Mi nombre es Percy Weasley, no dudes en preguntarme cualquier cosa, después de todo soy el mas sobresaliente de mi generación.

- Y aquí está de nuevo el prefecto perfecto...

- Pavoneándose y apabullando a un novato con su ego...

- Típico del prefecto perfecto / Típico del prefecto perfecto.

Harry parpadeó rápidamente para despejar su visión, pero definitivamente los dos muchachos que parecían una copia uno del otro no eran una ilusión, sin poder evitarlo el Ojiverde soltó una risita, como si hubiese recordado algo particularmente gracioso,causando que los tres pelirrojos lo miraran con curiosidad.

Fer De LanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora