Capítulo 4

21 5 0
                                    

La tarde es increíblemente fresca, los árboles casi se quedan sin hojas debido a la cercanía del invierno y los tonos naranja del follaje se hacen cada vez más presente.

Me ubico en un lugar cerca del lago Harlem, en Central Park, ya que me agrada el ambiente que hay aquí. Es un sitio tranquilo y poco concurrido, un lugar perfecto para quien busca un momento de paz.

Los rayos de sol tocan el lago, el viento provoca ondas en el agua. Me acerco un poco al borde y veo una silueta femenina acercarse al puente de madera, con un vaso de Starbucks en las manos. Lleva un abrigo de piel color marrón claro, una bufanda y guantes de lana a juego.

No puedo ver bien su rostro, pero su cabello rojizo me hipnotiza por un instante, no consigo apartar la vista de esa hermosa epifanía. Por instinto levanto mi cámara y enfoco el objetivo hacia ella, cuando oprimo el botón del obturador este hace su característico click, eso parece llamar su atención y se voltea permitiéndome verla de frente.

Las palabras no me alcanzan para describirla.

Etérea

Es la única palabra que mi mente encuentra para definir su belleza.

Sus ojos azules me escrutan de inmediato, sus carnosos labios están entreabiertos y vapor sale de su boca debido al viento frío. Bajo lentamente la cámara y la veo dando zancadas en mi dirección.

__¿Que crees que estas haciendo?_pregunta mientras se acerca a mi con el ceño fruncido.

__¿Perdón?

__ Me has tomado una foto ¿Por qué?_es palpable la molestia en sus palabras

__¿Que? N no te captaba a ti, le tomaba fotos a la fauna del lago_ miento nervioso.

__Si, claro_se voltea a mirar el agua y me siento idiota cuando noto que no hay ni un maldito pato nadando en el lago.

__Bórrala

__¿Qué has dicho?

__Que borres la foto, ahora

¿Acaso se cree la reina de inglaterra? No tiene derecho alguno a hablarme así, solo fue una foto, a que se debe tal exaltación.

__Pero que demonios te pasa, no pienso borrar nada_ digo ya un poco enojado.

__Te puedo demandar por acoso ¿sabes?_ me amenaza con suficiencia.

__Claro, demándame por tomarle una foto al lago, en la que casualmente saliste a un lado.

Su rostro es todo un poema en este momento, su cara está a punto de ebullición, y no puedo evitar sonreír a mis adentros comparándola con un dibujo de ánime cuando infla sus sonrrojadas mejillas.

__Dame la cámara_ ordena secamente estirando la mano hacia mi.

__ No pienso darte mi cámara

__Dámela ahora mismo o...

__¿O qué? ¿Vas a golpearme, pelirroja?

Su boca forma una O.

__Eres un idiota.

Me da un empujón y me tropiezo haciendo que mi cámara salga volando por los aires.

Juro que veo este momento pasar en slow motion y con una trágica música de fondo. Imaginen mi cara cuando vi al amor de mi vida caer en las orillas del Harlem.

__Nooooo, no no no_ hablo dramáticamente, casi entre sollozos, mientras corro lago adentro en busca de mi tesoro.

__Yo, lo siento, no quería_tartamudea con tono arrepentido_Puedo comprarte otra.

Por Una Foto Tuya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora