No podía pasarme toda la clase maldiciendo a Dinah, sigo creyendo en que llegará el día en el que por fin se calle en las clases de literatura. La profesora repartió recortes de relatos policiales durante la clase, leyendo cada uno de ellos antes de entregarlos. Si bien no soy muy fan de los relatos policiales, admiraba el suspenso que le ponía la profesora al leerlos; era tan hipnótico. Lamentablemente, no pude escuchar demasiado debido al parloteo de mi amiga; ¿Quién carajo era Laura y por qué me debería importar si acaba de llegar o no al colegio?
- ¿Puedes callarte? - Susurré sin querer interrumpir a la profesora.
- A tí ni siquiera te gustan los relatos policiales, que más da. - Se estiró hacía atrás en su silla. - Pero créeme, esa chica está en la boca de todos y necesito averiguar por qué. - Terminó la oración regalándole una sonrisa a la nada.
Podría decir que mi amiga era más chusmerio que persona, sin embargo, sabía que uno de sus objetivos era trabajar en algo que circulara por el periodismo; no podía culparla. Recuerdo que de pequeña solía traer noticias super interesantes, que aunque fueran inventadas, la profesora se tragaba el cuento de que eran reales; maldita astuta que tengo de amiga.
- Repite conmigo, Mila. - Toco mi hombro sin conseguir una pizca de atención de mi parte. - Cuenta regresiva. - Susurró. - 3.. 2.. 1.. - Ni bien terminar la frase, el ruido irritante de la campana retumbó en el instituto, generando una horda de alumnos sedientos por el recreo.
- Ya puedo salir de mi trance literario. - Sacudo mi cabeza, logrando golpear a Dinah con mi cabello. - Ready, ¿Trajiste las cartas? - Pregunté mirándola divertida, me debe una revancha.
- Hoy no, Mila. Necesito saber que es lo que pasa con esa chica.
- ¿Hablas de Laura? - Pregunté rodando los ojos.
- ¡Ni siquiera me prestaste la suficiente atención como para recordar su nombre! - Me gritó con una mirada de indignación.
- Trance literario. - Guiñé un ojo en su dirección, logrando que ruede los ojos.
- Como sea, es mi hora de brillar. - Tira su cabello hacía atrás y salta exageradamente una silla que se interponía en su camino. - ¡Nada me frena, maldita silla! - Se dio vuelta, gritó a la silla y luego comenzó a correr hacía las escaleras. Es en estos momentos en los que le diría "Nombre: Quele, Apellido: Pasaba", pero no quiero arruinarle la
ilusión.Decidí no seguirla, no podría encontrarla ya que estaría de aquí para allá con la tal Laura. Mis brazos sobre la carpeta y mi cabeza sobre ella era mejor plan que seguir a Dinah en silencio mientras jugaba una partida de Plato en mi celular. Solamente debía cerrar los ojos y concentrarme en el silencio que me rodeaba.
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Di un salto en mi asiento. Mierda, ¿Cuánto habré estado dormida?
- 37 minutos. - Dijo Dinah concentrada en su libreta. Que sería yo sin la telepatía que tenemos.- Díaz faltó. - Me miró y pudo observar mi festejo. Como odiaba al profesor Díaz.
- ¿Cómo te fue con Laura? - Pregunté apoyando mi mentón en la palma de mi mano.
- ¡Que no se llama Laura! - Gritó resignada. - No conseguí nada, la horda de monos que conforman el equipo de fútbol no dejó que investigara. Sin embargo, Kordei robó mi trabajo una vez más. - Comentó con recelo agachando su mirada.
- Ni tan triste, Kordei es tu gran crush de secundaria. - Comenté con indiferencia.
- Aunque eso es cierto, odio que se adelante en mis cosas. - Bufó. - Una vez nos casemos, le diré sus tres letras.