Era impresionante como dolía, como cada herida que tenía estaba completamente abierta y ardía constantemente tratando de cicratizarse, pero no lo lograban. Me sentía fatal, meses en los que no sé nada de ella y meses en los que ellos no saben de mí. Meses en los que llevaba encerrada en mi estudio, apoyada sobre la puerta y cayendo lentamente hasta enredar mis brazos contra mis rodillas. Escribía en mi cuaderno y creo que nunca tuve la mente tan prendida y tan apagada a la vez. Me llegaban constantes mensajes de personas que me seguían, preguntando como estaba y el por qué de mi desaparición. Leer cada uno de sus mensajes me hacía llorar, era tan triste y agobiante ver lo preocupados que estaban. Creo que lo mismo le pasa a ella, pues al igual que yo, desapareció completamente de sus redes. No la culpo.
- Camila.. - Mamá tocaba la puerta del estudio, impaciente por saber si es que seguía aquí. Pues, hace horas que no vuelvo a casa y sinceramente, no creo hacerlo por un buen rato más.
- Estoy aquí. - Le confirmé, escuché un suspiro de su parte.
- Camilita, no puedes estar así. Llevas días encerrada en este estudio. - Mamá tocaba otra vez la puerta. - Estaba pensando en que podríamos almorzar juntas, ¿Puedes hacerme el favor de salir? - No obtuvo respuesta. Nuevamente suspiró. - Aunque sea, avísame cuando salgas para poder buscarte. - Soltó, para que luego lo único que se escuche sean sus pasos dirigiéndose hacía la salida. Me siento una imbecil.
Abrí la puerta y corrí tras mamá, la abracé y comencé a llorar en su hombro.
- Perdona por esto, no me encuentro bien. - Ella se aferró más al abrazo. - Quiero almorzar contigo.
- No es tu culpa estar así, espero lo sepas. - Sonrió triste. - Ten, te traje esto por si lograba sacarte de ahí. - De su bolso saca una máscara la cuál ella misma me coloca, para tomar mi mano y sacarme de ese lugar.
Ese día miles de noticias notificaron haberme visto junto con mamá caminando por las calles de la ciudad, ese día miles de notificaciones llegaron preguntándome porqué me veía tan apagada, ese día ni bien llegar volví a ser un mar de lágrimas. Ese día casi la llamo, ese día casi le ruego que vuelva, ese día mamá me abrazó y me dijo que todo estaría bien. Ese día también le creí, pero esos días lamentablemente no fueron como mamá decía.
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Nuevamente en mi estudio, aferrada a mis rodillas y cantando distintos versos de canciones tristes; cantar es lo único que hacía que dejara de llorar tan solo un poco, aunque eso significara recordarla cada día más. Me encontraba tirada en el piso, mirando fijamente el techo y envolviéndome en la canción que se estaba reproduciendo.
"Slow, slow hands
Like sweat dripping down our dirty laundry
No, no chance
That I'm leaving here without you on me
I, I know
Yeah, I already know that there ain't no stoppin'
Your plans and those
Slow hands
Slow hands"Suspiré y volví a llorar.
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- ¿Realmente me estás diciendo esto en serio? - Cada una de esas palabras que salían de su boca, sonaban rotas. - Camz, yo te amo. - Comencé a llorar.
- ¿Y tú crees que yo no? - Comencé a reír mientras pequeñas lagrimas recorrían mis mejillas. - ¿Tú crees que esto a mi no me duele? - Volví a preguntar. - ¿Qué realmente quiero que nos separemos? - Lauren se acercó a mí y me abrazó. No quería que me tocara, no debía aferrarme a ella cuando más debía soltarme.
- ¿Por qué? - Su voz se hizo más pequeña, ya solamente eran sollozos los que inundaban mis oídos.
- Porque aunque no queramos, nos hacemos daño, mucho daño. Ni tú, ni yo estamos bien. Porque no puedo parar de recordar lo que eramos antes, para volver al presente y sentirme tan pequeña con el silencio tan estresante que se genera cuando estamos juntas. Porque estoy harta de todas las noches tener que gritar y escuchar tus gritos. Porque estoy cansada de saber que ninguna de las dos tiene la culpa de no poder demostrarnos como queremos, pero que tenemos la culpa de exigirnos cosas que no se pueden dar debido a la mierda que nos rodea. Porque no puedo más con mis celos, ni con los tuyos. Porque tampoco puedo con que me niegues, y no puedo seguir evitandote a tí. Porque si yo no termino con esto, él terminará con nosotras. Porque estoy tan enojada de que hayamos tenido que conocernos en estas putas circunstancias. Porque te amo, pero el destino está en contra de que nos amemos en estos momentos. - Ella estaba temblando en mis brazos.