Cotidianidades

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7.30am

El tiempo necesario para llegar. Me pongo la bufanda que siempre uso, agarro los audífonos de mi habitación y bajo las escaleras, grito a mi madre un leve adios, y beso en la frente a Luna. La puerta ya está detrás de mi, me calo los audífonos y empieza a sonar mi canción favorita:

"Ya asoma la luna entre las nubes,
Y tu rostro está última luz,
Te delata en la escena final
Del caso preferido de Sherlock Holmes."

Al terminar la estrofa, ya estoy en la bicicleta, el viento azota mi rostro y por única vez en el día me siento, como quiero: libre.

"Te clavaste tu solo a la cruz
Y te quedaste definitivamente quieto"

El barrio está muy tranquilo; después de todas las protestas, ya era hora de que la ciudad volviera a moverse como antes, era hora de que el pueblo aceptará que por más gritos que hubieran, sería demasiado difícil, que fueran escuchados...

"Un camello sediento en el desierto
No se hace ni versos ni iluciones
Has perdido el sentido en lo que escribes
Has perdido el frijol en tus fogones"

Las calles están vacías, a excepción de algunos estudiantes que ya salen de casa para llegar a su destino... Después de tanto tiempo ya es hora de continuar...

"Perdidas las señales de la rima
Ni tú eres paranoico...
Ni nadie te persigue"

Solo quedan unas cuadras para la escuela, y ya escucho las primeras risas del día, lo malo es que: esas risas, la mayoría de las veces eran causadas por la misma razón.

"Solo intenta encontrar tu espacio
Cuando a tu alrededor todo se estrecha

Los inmortales están
bajo tierra
Y sus cenizas se perderán
Cómo todo lo demas
Sin dejar huella"

Ya estaba en la puerta. Amarro mi bici en el mismo lugar de siempre; ahora me encuentro de nuevo en este estúpido lugar; odio la escuela es simplemente por el hecho de que aún no creo que sea posible que tantos ignorantes sen creados en este lugar...

"Has salido de la casa obstinada
De un pasado triste y desvalido
Y largo como raga de sitar
En cinta magnética repetida"

Me levanté tarde está mañana por no poder dejar de pensar en mi familia, mi hogar, y lo que solía llamar casa cada vez se caía más rápido. Es difícil conciliar el sueño cuando llevas cargas pesadas sobre tus hombros.

"Como memoria de una ciudad
Cuyo dolor, ya no te concierne"

Ya estoy dentro del edificio, las miradas se posan sobre mi como siempre; se siente taaan incómodo, ¿acaso es tan complicado encontrarse con alguien diferente?

8.00

Ya no tengo tiempo para nada, me hundo de nuevo en mi cuaderno, tratando de terminar el dibujo que empecé hace días, mientras el profesor de mates nos habla sobre algo parecido a la Proporción Divina.

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