XI

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Habían pasado ya dos semanas desde que desperté en mi habitación después del secuestro, la primera persona en verme fue mi padre que se puso a gritar como un loco, de echo pensé que sucedía algo y me levanté corriendo en busca de la amenaza. Después de eso me contaron que también habían secuestrado a Sam; pobrecito, él parecía recordar lo que le pasó al contrario que a mí que solo recuerdo haberme enfadado con Sam; parece ser que nos rescató Matt, y eso que durante años lo había ignorado e insultado, y durante el baile de la campana me negué a bailar con él, me equivoqué, es buen chico, de echo esos comenzado a salir, mis padres se sienten felices de ello, aunque los Lucitor por algún extraño motivo no, sobre todo Sam, parece odiarlo.

Ahora me estoy dirigiendo a la sala del trono, después de todo esto mis padres decidieron darme a mí la varita, al principio me temí que mis hermanas lo tomaran mal, pero parecieron encantadas con la idea.

Al pasar por la enorme puerta mis ojos divisan rápidamente a Sam, está guapísimo, como siempre, su mirada se conecta con la mía, me sonríe y no puedo evitar que de mis labios se escape una tímida sonrisa; luego miro a mi novio, está bien vestido, pero no resplandece como Sam, me doy una cachetada cerebral ante este pensamiento; luego miro a mis hermanas, van muy guapas, con largos vestidos hermosos y peinados refinados.
Mis padres me sonríen cuando estoy frente a ellos, mi madre se acerca a mi y me ofrece su varita, yo la miro como pidiendo permiso, cuando veo que puedo la coge, y la varita se alarga y vuelve de color azul ante mis ojos, un cosquilleo me atraviesa y siento una fuerza inundarme al vincularme con la varita.

Sin duda estoy significaba el comienzo de algo nuevo.

Luna Butterfly x Sam LucitorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora