𝐘𝐨𝐮 𝐒𝐞𝐞 𝐌𝐞? ⚜ 𝐕𝐤𝐨𝐨𝐤 ⚜

⚜️ 10 ⚜️

Jungkook estaba frente a una gran casa/mansión, no prestó mucha atención a los detalles ya que eso le daba igual. Tocó el timbre y espero pacientemente a que le abrieran, dentro del bolsillo de su pantalón había un pequeño presente que había comprado con sus ahorros para Taehyung ¿porque lo hizo? quien sabe, hasta para él es confuso su nueva forma de actuar.

–Hey ¿eres Jungkook? —un chico bajo de estatura y cabello rubio le abrió la puerta con una sonrisa agradable.

–Si ¿Aquí es la fiesta de Kim Taehyung? —quiso asomarse a ver el interior, pero el chico de la puerta sorpresivamente lo abrazó tan fuerte que creía asfixiarse.

–Me alegro tanto de conocerte, Taehyung ha hablado mucho de ti y en verdad eres muy lindo —se aleja un poco del menor y toma sus manos con las suyas jalándolo al interior de la casa.

–Ah ¿sí?... ¿Qué ha dicho de mí? —el menor se ruborizó al pensar en que Kim habló de él, normalmente no le interesa lo que la gente diga de él, pero por alguna razón siente curiosidad por saber que dijo Tae de él.

–Bueno nos contó que eres muy inteligente, un poco introvertido pero muy tierno, no hablas mucho, no te gusta el contacto físico, eres serio y amable —pasó entre la gente aun sosteniendo por las manos al menor para que no perdiera en la gran casa, todo mundo estaba haciendo escándalo.

–Ya veo —el menor volteó a otro lado no queriendo ver a nadie, todos los presentes eran alumnos de otras escuelas y algunos de su propia escuela.

–La verdad me alegra que estés aquí, Taehyung está como loco esperando tu llegada, pero no viene a recibirte ¿verdad que es idiota? —el rubio se sienta en un sofá apartado de los demás y sienta a Jungkook a su lado casi tirándolo ahí.

–S-sí, cuando lo conocí por primera vez me dio esa impresión —evitó el contacto visual con todos menos con quien está conversando.

–Por cierto, soy Park Jimin, solo dime Jimin o Jiminnie —extiende su mano abierta hacia el menor a su lado y este respondió un poco dudoso.

–Jungkook, Jeon Jungkook —estrechó la mano y la soltó suavemente, su acompañante le cae bien pero no se fía del todo, no puede confiar en cualquier persona.

–¿Tienes algún apodo? —tomó una de las debidas cerradas que había frente a ellos en una mesa de cristal, la abrió y le invitó, pero el menor lo rechazó.

–No, no me gustan los apodos, aunque... mi amigo me dice Kookie o Jungkookie —ruborizado aparta la mirada de su acompañante.

A Jungkook nunca le gustaron los apodos desde muy pequeño, solo su familia le ponía apodos, pero nadie más lo hacía hasta que apareció Yugyeom, su primer y único mejor amigo.

Mientras tanto, en otro sitio...

–¡Ya suéltame, Kim! —Taehyung tenía a Yugyeom sujeto del brazo sacándolo así del interior de la casa.

–Vale, ya voy —Kim lo soltó sonriendo de lado mirando como el chico se tambalea por lo borracho que este está.

–¡¿Que jodidos quieres con Jungkook?! —soltó una vez pudo mantenerse de pie, Kim borro su sonrisa de su rostro y miro fijamente el rostro del otro.

–Me gusta, Jungkook me gusta mucho y no planeó dejártelo fácil —escondió sus manos en los bolsillos de la chaqueta y observo la mueca que hacía el otro Kim frente a él.

–Eres un imbécil ¿Lo sabes? ¿Porque Jungkook se fijaría en alguien como tú? —se rió sin gracia acercándose de a poco a Taehyung– ¿Crees que tu cara bonita es suficiente? ¿Tu dinero? No amigo, Jungkook es más de lo que tú crees, él ignora todo eso de las personas... el dinero se lo pasa por donde no entra la luz, prefiere lo sencillo, lo auténtico, no le gusta las mentiras y no siente remordimiento al decirte las cosas como son.

–Lo sé, por eso me gusta, me gusta que no sea como los demás que me buscan por dinero o por mi cara bonita, me gusta que me diga las cosas de frente y no a mis espaldas —tomó a Yugyeom por el cuello de su camisa y lo acercó aún más a su cara– No me interesa una mierda lo que me digas de él, no puedes evitar que yo hablé con él, que lo toque o hablé de él... tú no eres quien para decirme estás cosas.

Yugyeom furioso tomó las manos que Taehyung tenía sobre él y las alejó con brusquedad, estaba a punto de iniciar una pelea, pero...

–¡Yugyeom!