Jungkook es un estudiante de bachillerato que vive en la sombra, sin que nadie le preste atención, salvo su mejor amigo y hermanos.
Pero hay alguien que lo observa con interés: Taehyung, un pelinegro atractivo que no se rinde ante el rechazo.
Taeh...
Taehyung miró el teléfono con cierta extrañeza, luego encogiéndose de hombros, lo colocó con cuidado dentro de la mochila de Jungkook antes de volver su atención al chico dormido a su lado.
–Kookie~ despierta, cosita~ ya es hora de irnos —pinchó con suavidad el rostro del menor con el dedo índice, recibiendo como respuesta algunos sonidos y quejas del adormilado Jungkook.
Viendo que el menor no se despertaba, Taehyung pensó en muchas maneras de despertarlo sin recibir un golpe o provocar su enojo perpetuo. Finalmente, decidió recurrir a una opción que no pondría en riesgo su vida... Tal vez.
Decidió que, en lugar de un enfoque tradicional, intentaría una táctica sorpresa. Con una sonrisa traviesa, Taehyung comenzó a hacer cosquillas en el costado de Jungkook, una técnica que había funcionado en ocasiones anteriores. Sabía que estaba tomando un riesgo, ya que los cosquilleos a menudo desencadenan reacciones impredecibles, pero estaba dispuesto a correr ese riesgo para lograr que Jungkook se despertara.
Taehyung intentó hacer cosquillas primero en los costados de Jungkook, pero solo recibió quejas. Luego, probó en las axilas, y el chico simplemente se rascó. Finalmente, sin otra opción aparente, se aventuró a acercar su mano al cuello de Jungkook. Tragó saliva, rezando mentalmente por su vida, mientras se preparaba para intentar despertarlo de esta manera, sabiendo que si esto no funcionaba, tendría que cargarlo como un costal de papas.
–Ya estoy despierto desde hace un rato, tonto —la voz perezosa de Jungkook hizo que Taehyung saltara en su asiento del susto. –Solo estoy preparando mis ojos —dijo el menor mientras bostezaba y se estiraba, revelando que no había estado dormido como Taehyung pensaba.
Mientras Taehyung recogía sus cosas rápidamente, se sentía avergonzado por sus intentos inútiles de despertar a Jungkook. Por otro lado, Jungkook solo podía mirarlo con una leve sonrisa, una expresión que no muchas personas habían visto ni conocían.
–Ya vámonos antes de que tu madre entre y te lleve de la oreja —dijo Taehyung, al ver la sonrisa de Jungkook, lo que hizo que el rubor se extendiera por todo su rostro.
Jungkook se preparó para irse y tomó su mochila, pero Taehyung la arrebató y la llevó en su mano junto a su propia mochila. Jungkook lo miró sorprendido y preguntó: –¿Qué crees que haces?
–Es lo menos que puedo hacer por ti, ya que llevarás el paraguas —le dijo Taehyung mientras le extendía el paraguas. Jungkook lo tomó, aún algo dudoso, y juntos salieron del salón hacia la lluviosa tarde que les esperaba afuera.
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–¿Pongo cara de "Ya te cargo la vrg apa"? ¿O pongo la de "Se van a armar unos pinches chingadazos"? —trato de imitar gestos y acentos provocando la risa de su hermano pequeño y la decepción de su madre.
–Dios, te pedí unos genios, no unos genios incomprendidos, esos son los peores —murmuró la madre de Jungkook, apoyando su frente contra el volante mientras se refería a sus hijos con una mezcla de decepción y frustración.
–¡Ahí vienen Jungkook y su novio! —señaló Samuel hacia afuera, donde se podía ver al par caminando hacia ellos.
Rápidamente, Yerim encendió el auto, desbloqueó las puertas para que pudieran subir, y se apresuraron a partir de allí, antes de que se tire un puente por la desesperación.
Taehyung abrió la puerta del auto, dejando las mochilas en el piso, tomó el paraguas y se apartó para que Jungkook entrara primero. Luego, cerró el paraguas y se acomodó en el vehículo, preparándose para el viaje de regreso.
El gesto caballeroso de Taehyung no pasó desapercibido por la familia de Jungkook, quienes lo miraban atentamente, como si fuera un bicho raro.
–Buenas tardes, señora Jeon. Hola, Samuel, Namjoon —Taehyung saludó con una leve reverencia hacia los presentes, manteniendo una educada sonrisa a pesar de la mirada atenta y sorprendida de la familia de Jungkook.
–Oh, hola, querido. ¿Cómo les fue? ¿Está todo en orden? —preguntó la madre de Jungkook, devolviendo la sonrisa a Taehyung a través del retrovisor antes de enfocar su atención en la carretera para salir de ese lugar.
–Todo bien, solo estamos un poco cansados, no tenemos mucha tarea —respondió Taehyung en lugar de Jungkook, mientras el menor observaba la interacción con atención.
–Que bueno, mientras llegaban, hablé con mi jefe y dice que puedes quedarte con nosotros en lo que se calma la lluvia —anunció la madre de Jungkook, ofreciendo una hospitalidad inesperada a Taehyung.
–No quiero molestar —nervioso, insistió para que lo dejarán en casa, esto no venía marcado en sus planes.
–No es molestia, eres compañero de mi hijo y no puedes salir con esta lluvia —insistió la madre de Jungkook, buscando excusas para que Taehyung se quedara.
Buscando excusas para evitar quedarse en la casa de los Jeon, Taehyung miró a Jungkook de reojo, quien lo observaba con un brillo extraño en los ojos. Extrañado, volvió su rostro hacia él y preguntó: –¿Estás bien? ¿Te sientes mal?
Jungkook, emocionado, hizo su mejor puchero e insistió: –Quédate, por favor —sus ojos brillaban con una ilusión evidente mientras trataba de convencer a Taehyung de quedarse con él en casa.
Dudoso, Taehyung miró a los presentes que esperaban su respuesta. Finalmente, rendido ante la insistencia de Jungkook, suspiró y asintió. Jungkook inmediatamente sonrió y recargó su cabeza en el hombro de Taehyung, enredando su brazo con el de su hyung.
–Gracias, hyung —murmuró el menor, cerrando los ojos y acomodándose mejor para descansar en el hombro de Taehyung. La gratitud y la comodidad se reflejaban en su expresión mientras disfrutaba de la cómoda calidez del cuerpo de Taehyung.
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Weeeeyyyyy se viene mi cumpleaños en Noviembre 🥹 cumpliré 21 WTF.
No estoy lista para este número 😭😭 regresenme a la preparatoria!!
Ya no soporto la universidad 😞 aún no he visto mis prácticas ni mi titulación, tengo que hacer un chingo de papeleo 😵💫🫨
