Jungkook es un estudiante de bachillerato que vive en la sombra, sin que nadie le preste atención, salvo su mejor amigo y hermanos.
Pero hay alguien que lo observa con interés: Taehyung, un pelinegro atractivo que no se rinde ante el rechazo.
Taeh...
Jimin estaba tirado en el césped boca arriba con los brazos detrás de su cabeza sirviendo como soporte medianamente suave. Tae recarga su espalda en el tronco de un árbol con las piernas estiradas.
–¿No tienen hambre? —el menor pelinegro estaba sentado en una banca cerca de ellos con su empeorado a medio comer en sus manos.
–No tengo antojo de nada en estos momentos, ver la cara de Jisoo me quito totalmente el apetito —el rubio enano hizo una mueca de asco cerrando los ojos dejando en claro que no quiere seguir hablando.
–Yo estoy bien pero que lindo de tu parte por preguntar —Tae iba a sonreír, pero está se detiene al ver el sonrojo del menor y como apartaba la mirada de él.
–Bueno, había traído unas galletas para compartir —saca una bolsa de papel de su mochila– Iba a compartir con Yugyeom pero no lo he visto así que pensé en darles a ustedes.
–¿Quién las hizo?
–¿Importa?
–Para mí sí, no pruebo cualquier cosa... pero si son hechas por ti no tengo ningún problema con ello —una preciosa sonrisa de caja deslumbró al pelinegro que mordió sus labios para no sonreír también.
La sonrisa de Jeon Jungkook es un misterio que nadie más que su familia ha tenido el placer de descubrir, pero quizás Kim Taehyung sea parte de esos pocos que la conozcan, solo que aún no es el momento.
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[Viernes]
La semana fue complicada para todos, el semestre empezó ligero y sin complicaciones, pero con ello vino el estrés cuando los profesores mencionaron lo cerca que estaban los exámenes, algunos servían para puntos extra y otros afectaban en su calificación final.
Jungkook iba de un lado a otro con pilas de libros, apuntes, cartulinas, hojas y hasta lapiceros extra.
No tenía tiempo para nada ni nadie, Yugyeom no se le acercaba porque él también estaba ocupado estudiando pues no es el más aplicado, pero tampoco es un fracaso de alumno.
Cofcofnocomootroscofcof
Mientras que Taehyung solo dibujaba en sus cuadernos, hablaba con la gente, paseaba por los pasillos o iba a la cafetería. Literal, era el único que no se veía preocupado por los exámenes. Algo muy sospechoso para cierto pelinegro estudioso.
Ah y también Jimin venía a veces a acompañar a Tae en sus ratos de pereza.
–Es el colmo —exasperado, se levantó el cerebrito Jeon y se acercó a la mesa donde estaban ese par de amigos perezosos.
