#OO4.

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Hoseok despegó el pie del embrague, movió los cambios, bajando bruscamente a cuarta y pisó el acelerador. Sabía bien que la camioneta no era un auto de carreras, así que no podía pedirle mucho, además estaban en una área muy transitada, si tenían suerte lograrían perder a los azules.

Desvío el volante hacía la izquiera y se metió entre dos autos, los cuales al escuchar las sirenas y verlo tan rápido frenaron, dejándole fácil acceso. Su cuerpo estaba lleno de adrenalina, el motor rugía y hacía que todo su cuerpo se sacudiera, amaba sentir esa gloria. Apretó el agarre, dejando sus nudillos casi blancos, subió a quinta, y comenzó a mover el volante, dejando atrás ágilmente a todos los autos que le obstaculizaban el camino en la avenida.

Estaban a nada de salir de aquella zona y creían tenerlo todo controlado, se mantuvieron seguros hasta que las luces azules y rojas inundaron el interior de la suburban. Hoseok miró por el retrovisor al momento de escuchar los neumáticos de un carro ajeno rechinar, la policía estaban pisándole los talones y venían reforzados con otras dos maquinas.

—mierda.— pisó el acelerador, jalando la palanca para bajar a sexta. Estaba exigiéndole al auto algo de esfuerzo, solo rezaba porque el motor no le fuese a fallar.

—yo me encargo de éstos pitufos.— fanfarroneó el rubio antes de asomar cuidadosamente su cabeza por la ventanilla y apuntar con su AK-47 los neumáticos gastados de aquellos. Tres tiros y uno de sus equipos se volcó; los otros dos perdieron velocidad y se vieron tambaleando después de aquello.

—¡esa es, viejo!— Hoseok pudo ganar ventaja. Ya tenía su plan, les haría creer que iría en un carril distinto y se escabullirian a las afueras de la ciudad, era muy fácil para alguién que conocía perfectamente las calles de Seoul, solo necesitaba...

—¡Carajo!— balas impactaron contra sus ventanillas y varias fracciones del cristal cayeron sobre ellos. Eso costaría un buen billete y lo sabían bien. —ya les tumbe a uno ¡¿quieren más?!— Jimin perdió la cordura y salió casi por completo, disparando tiros que estaban de más.

—Joder Jimin, tú lo que quieres es hacer un espectáculo.

—en efecto.— le respondió a Seokjin y sin más uno de sus tiros se filtró en el tanque ajeno, causando que el vehículo se levantara de golpe y se prendiera en fuego. —¡wo-hoo!

—¡tomen eso, malditos pitufos!— Yoongi se sumó a la diversión, sacó su mano por los huecos de la ventanilla e hizo un ademán con su mano, levantando el dedo del medio mientras se burlaba de los oficiales.

Los perdieron. Entraron a la zona segura en las afueras de la ciudad, después de aquella distracción tomaron un atajo que seguro los oficiales nisiquiera conocían. Ahora ya no huían, ahora estaban buscando la manera adecuada de explicarle a Onassis lo que había ocurrido; 1.- El ejército los descubrió, escaparon, pero asesinaron a sus hombres. 2.- desaparecieron por acto del espíritu santo. 3.- los alíen los atacaron con sus tropas. ¿qué suena más convincente?

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—Hermano, estás hecho mierda.— comentó el mayor, mientras miraba a su camarada tumbado en el prado. —¿y tu prestigio de peleador?

—lo agarraron ebrio, genio.— interrumpió Taehyung, acercándose a ellos y sentándose en el capó de la suburban junto a Hoseok. —sé que si le hubiesen caído en su sano juicio, Jeon los hubiera vuelto contorsionistas a punta de coñazos.

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—¿qué le dirás, Nam?— preguntó el peli-negro, llegando al lado de su amigo quién tenía su celular en mano y se encontraba mirando las colinas cercanas.

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⏰ Última actualización: Nov 17, 2019 ⏰

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