♧III♧

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"P-Phoenix q-que" Su expresión de serenidad se desfiguró completamente dando paso a una mueca de... horror.

"Que pa..." Phoenix queda sin palabras apartandose le tamente del cuerpo inerte que permanecía en el asiento trasero. Se había olvidado completamente del vagabundo. "Puedo explicarlo, era muy tarde y no pensé que habría gente aún en la calle y-y él cruzo cuando estaba en verde para mí. P-Pero el carro está bien, creo"

Miles le devolvió la mirada enfurecida a su novio, obligandolo a callar. Fue hasta su coche y tomando la muñeca del desconocido, comprueba sus palpitaciones. Por suerte el sujeto seguía con vida, un problema menos por haber interactuado directamente con el cuerpo; pensó.

"Subamoslo, yo llamare a un doctor y luego hablamos" Ordenó con voz demandante. Esto de verse involucrado en crímenes más de lo debido, no podía volverse costumbre.

Phoenix automáticamente acata las ordenes y, como si fuera uno de los subordinados de Miles, se posiciona hallando la fuerza necesaria para poder cargar con el peso del hombre hasta su departamento. Nada fácil al tener que subir las escaleras.

Maldiciendo internamente el trauma de infancia de su novio. Lleva el cuerpo del vagabundo al segundo piso directo al cuarto de invitados, con las sábanas lastimosamente blancas, y cierra la puerta. El contrario se hallaba al final de las escaleras junto al teléfono local, habia terminado su llamada; seguramente con el doctor que iba a contactar.

Ambos caen directo en el sofá principal, de terciopelo rojo, en la sala. No habían palabras para todo lo que había sucedido en sólo una noche, Phoenix entretenido se le hizo graciosa la idea de llamarle 'el comienzo de un caso'. Ninguno parecía dar indicios de querer discutir por lo anterior, ni de lo poco que les había afectado, las palabras saldrían una vez llegase el doctor.

"Deberías de quitarte el impermeable, mojaras el mueble" Sugirio Miles sin dirigirle la mirada al pelopincho. El abogado mira sorprendido su atuendo, ni se había percatado que aún lo llevaba encima. "El doctor Hotti dijo que en este momento no podía atendernos, probablemente se encuentre en urgencias, pero trataría que venir en la mañana"

El pelopicho negó con la cabeza. No podía creer que Miles aún pensara que Hotti es un verdadero doctor.

"Si pudieras le bajarias sueldo" Sonrió, quitándose el impermeable amarillo chillón y colgandolo en el perchero junto con el saco azul oscuro de Miles.

Se enderezó para nuevamente caer al costado de Miles, esparciendo consigo gotas de lluvia que le habían quedado en el cabello.

Miles bufa como respuesta tanto por sus palabras como por la apariencia desaliñada del contrario. No podía mantener su enojo si se trataba de Phoenix, y eso le molestaba.

"Hmm... crees que te demande?"

Phoenix se toma su tiempo antes de reír "¿Los vagabundos tienen como demandar?" Gira para así chocar con unos grisáceos ojos.

"Qué se vista como uno no lo hace serlo, tu eres la prueba viviente de ello" murmura tan nítidamente como lo pueden hacer dos personas estando tan juntas.

El abogado esboza una sonrisa, apreciando el pequeño momento que estaban compartiendo. Él no es alguien que disfrute estar enojado y menos con el peligris "Serás... Aun así no te quejas de como lo hace este vagabundo"

Miles jadeo incrédulo por las palabras del pelinegro "Utilizando el sexo como defensa, no es nada propio de ti Wright. Pero es tan certero para alguien que siempre esta corriendo por la cuerda floja"

Otr4 form4 de est4r 4 tu l4doDonde viven las historias. Descúbrelo ahora