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♧IX♧

5:30pm

Residencia WrightWorth

Un estremecimiento de incomodidad recorre el cuerpo del fiscal semidesnudo considerando que hace unos segundos había decido desbloquear la cerradura de la puerta del baño del piso de abajo-el cual normalmente era de su uso personal- para recibir a su pareja que apenas iba llegando del trabajo. Grande fue su sorpresa al no encontrarse únicamente con el abogado sino también a la médium y al hombre que pensó se había desecho de él esta mañana.

"Ph-Phoenix! Por qué no me haces caso cuando te pido que toques la puerta si es que vienes acompañado" Exclamó enojado sin dejar de lado su nerviosismo con respecto a que hacer ante una situación para nada agradable, además de encontrarse casi semidesnudo; por lo menos tenía la toalla.

"Lo siento. Sabes que no estoy acostumbrado a tocar cuando llego" comentó cerrando la puerta principal detrás de él.

"Pues deberías, tu fuiste el que insistió en que viviésemos juntos, ahora yo insisto en que toques."

Maya y Phoenix estaban externos a la pelea provocada por su inclusión en la casa, ninguno de estos se atrevió a emitir sonido o apartarse de la posición en que quedaron inicialmente. Phoenix estaba más que aturdido por la escena, jamás esperaría encontrarse a un hombre como el fiscal Miles Edgeworth semidesnudo frente a él, claro que en lo que llevaba en esa dimensión había explorado los diferentes estados del hombre y no estaba para nada mal.

Se dejó llevar por los reclamos furiosos de ambos; como sus debates en los juicios exceptuando, en este caso, los gritos de PROTESTÓ! o UN MOMENTO! Pero era básicamente lo mismo. No hacía mucho que en su propia línea temporal ambos habían participado en algunos casos, preferiblemente seleccionados por Edgeworth, pero en esa ocasión estos resultaban ser en conjunto una ayuda que Edgeworth le insistió que necesitaba lo que lo hizo volar a Europa.

Este Edgeworth era ese mismo hombre que una vez vio en Europa con la diferencia de que estaba en Japanifornia, pensándolo, esa era mucha diferencia, según lo que recordaba el Edgeworth de este tiempo aún no se había instalado en Japanifornia debería de estar en Europa con Frnaziska, pero no.

La discusión continuaba. Apenas habían pasado unos minutos pero con la intromisión de la medium y él mismo allí no era probable que llegase algún lado. Miró nuevamente a Miles, había visto el cuerpo semidesnudo de Edgeworth en Europa algunas veces-la mayoría accidentales- pero lo había visto, y a este le faltaba mucho para llegar al desarrollo que el hombre tendría en un futuro. Y recordó que tal vez pensar así de uno de sus mejores amigos no era natural, lo ignoro, fueron esos pensamientos los que le habían dado una idea de como acabar con todo esto.

Decide dar marcha fuera de su posición cercana a la entrada, pasando frente a ambos amantes, por suerte para esté, se encontraban tan concentrados en lo suyo que no se dieron cuenta cuando Phoenix se posicionó junto a Miles y sin aviso suelta desvergonzadamente del nudo de la toalla que yacía en su cintura. El paño cae sin darle tiempo a Miles de cubrirse su intimidad, demasiado tarde.

Ninguna de las cuatro personas allí presente lograron reaccionar al momento, todo había sido tan rápido que ni el mismo Phoenix se dio cuenta cuando Edgeworth volvió a tomar la toalla y junto al otro Phoenix se habían encerrado en el cuarto de baño, sin antes gritarle: "ESTAS DEMENTE!" Y así tirar la puerta detrás de él.

"Miles se afeita..." Aclaró Maya un poco torpe pero decidida a acabar con el silencio entre ambos. Phoenix pese a estar unos cuantos pasos más allá de ella fue capaz de oírla y con la misma soltar una gran carcajada en respuesta.

"Me va a asesinar cuando salgan de allí o me volvera a echar de casa" suspiró el ex-abogado acabando con las risas.

Se encamina al sofa de terciopelo rojo cerca de las escaleras que daban a la segunda planta. Dicha acción la imitó Maya dejandose caer junto con él.