Mortalidad y Resignación

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   Termine resignandome a que no volvería a cruzar palabras con ese costal de huesos oloroso a whisky que era mi padre, olvidé mis fantasías de amor después de mi cita de las 4, me volví al cuarto sin esperanza de saber lo que era volver a amar, prendí una fogata en mi patio y me acosté en el suelo esperando a que me comieran las hormigas... pensando sobre la mortalidad del beso en la mejilla que me diste, clamando respuestas a una luna que fungía de juez, con un jurado de cuervos esperando para consumir mis restos.

Asaltos IncorporeosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora