la leyenda.

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Ahora eres mía.》

Esas tres simples palabras, son las que me han robado el sueño. Doy vueltas sin parar en la cama, intentando dormir. Pero nada. Si No hago nada pronto, voy a volverme loca.

-Abel...¿Estas despierto?- El rey se da la vuelta y me sonríe.

-Eso creo.

-Lo siento, es que... No puedo dormir.-  Levanto la cabeza y espero su reacción.

-¿Qué necesitas para dormir?- Él se acerca más a mi, y su aliento me da de lleno en la nariz.

-Yo... No quiero nada. Lo siento, no debí llamarte-. Le doy la espalda avergonzada. Debí cerrar la boca. El pone una mano en mi cintura y me da vuelta.

-Habla ahora o calla para siempre.- Bromea. Reprimo una carcajada y él me mira divertido.

-¿Enserio?- Él se encoge de hombros.

Me acerco a él y lo observo detenidamente. Enserio es un hombre apuesto. Tiene la nariz perfilada, unos hermosos y profundos ojos azules. Su cara de porcelana y su perfecta boca, pincelada.

-¿Puedo...puedo tocarte?- No tengo ni la menor idea, de por que dije eso. Él sonríe.

-Adelante.- Alzo mi mano y toco su rostro con la yema de los dedos. Él cierra los ojos y besa mi mano.

-¿Cuantos años tienes?- Suelto de pronto.

¿Por qué demonios, pregunté eso? Él abre los ojos y veo la sombra de una sonrisa acercándose.

-Te diré, si me dices cuantos tienes tú.

-Es trampa.

-Trato. Sólo tienes que cumplir con tu parte -Le divierte, esto de las leyes y los tratos.

-Veintidós. Tengo veintidós. -Sus ojos se abren y su ceño se frunce.

-Eres una niña. -Pongo los ojos en blanco, aunque se que no puede verme.

-Ahora debes cumplir tú.

-veintisiete. Tengo veintisiete.

-Yo soy muy niña y tú un anciano. -Me burlo.

Tres segundos. Tres segundos son suficientes, para que el rey se posicione encima de mi y presione algo duro contra mis estómago.

-Hace tiempo hubiera matado, a quien me hable de esta forma. Pero tú... -Él se queda en silencio y roza nuestras narices -Me excitas en vez de molestarme.

¡Ah, mira! A ese rey galán le gustas. No lo estropees, Alejandra.》 Me amenaza mi subconsciente.

-Si te sirve de consuelo, te ves muy bien.- Bromeo. Él rey ríe y niega. Pero mi subconsciente, ha llevado una mano a su frente. Está molesta.

-Lo sé, soy muy guapo. -Y egocéntrico.

-Si, lo eres -Y yo lo alimento.

-Y tú... -El rey se quita de encima, y se acomoda a mi lado.

-¿Crees que soy bonita?- Abel se queda en silencio. Acomodo mi cabeza en su pecho, sintiendo los latidos de su corazón, en mi oído.

-Eres muy hermosa, Alejandra. -Suelta de repente. Levanto la cabeza sorprendida y con los ojos bien abiertos.

-¿De verdad lo crees?

-Si.

-Gracias. -Le sonrió, como boba.

-¿Ya tienes sueño? -Pregunta, después de unos minutos de silencio.

-Mmhmm. -Murmuro, sintiendo como el sueño, quiere llevarme a sus dominios. El re se por lo bajo y acaricia mis cabellos.

El trato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora