Amar mata || Eren x Levi

Final

—Contesta, escoria. ¿Qué quieres hacer? –preguntaba un hombre de baja estatura a un joven castaño.
—¡Quiero unirme a la Legión de Reconocimiento y matar a todos los titanes que pueda, señor! –los ojos de ambas personas brillaron en ese momento. Uno por sed de venganza y otro por admiración a la valentía del otro.
—¿Oh? Nada mal. Erwin, tomaré responsabilidad de él. Díselo a los altos rangos. No me malinterpretes, no es como si confiara en él. Si nos traiciona o se vuelve loco, lo mataré sin dudarlo. Los de arriba no deberían tener problema con eso. Nadie más que yo está capacitado para el trabajo. Aceptaré tu solicitud a la Legión de Reconocimiento.

Eren despertó agitado con la respiración acelerada. ¿Cuánto tiempo llevaba dormido y dónde estaba? Espera un momento, ¿porqué estaba el lado derecho completamente negro? ¿Acaso estaba entre el día y la noche como en una especie de cuento para niños? Intuitivamente, se lleva la mano a su ojo derecho para descubrir que era una flor lo que le limitaba su campo de visualización.

—Calma, mocoso. Si sigues así, el hanahaki empeorará.
—¿Capitán Levi? ¿Qué hago aquí, señor?
—Te desmayaste antes de poder decirme algo que considerabas importante.

Ya me acuerdo. Mierda, no he llegado a decírselo aún. Bueno, ahora estamos a solas y no parece que vaya a desmayarme... Tal vez podría intentarlo de nuevo...

—Ah, sí. Ya me acuerdo.
—¿Qué era eso que querías decirme, Jaeger?
—Bueno, me falta poco tiempo, así que no pierdo nada, supongo... Verás, capitán, usted me... Me gusta, ¿vale? Sé que estoy loco, ¿cómo puede un adolescente estar enamorado de un adulto? Y encima, del mismo género, para rematar. Pero uno no puede decidir la persona de la que se enamora... –confiesa Eren, mirando a las sábanas, que eran sorprendentemente más entretenidas de ver que Levi en ese momento.
—Eren. –el chico no hacía nada. Tenía miedo de la respuesta de su superior. –¡Eren, mírame! –por miedo, el chico dirigió su mirada a la nariz de Levi. No podía mirarlo a los ojos, sería demasiado vergonzoso. –¿Me estás diciendo que yo soy el causante de esa enfermedad?
—Bueno, sí, pero no. No es tu culpa que me haya enamorado de ti, por supuesto, pero sí que es esa la razón de mi enfermedad...
—Eso significa que tendré que...
—¿Eh? ¡Ah, no es necesario, capitán! ¡Sé lo asqueroso que te resultaría besar a alguien en los labios, así que no tienes que hacerlo!
—¿Y cómo sabes si quiero o no hacerlo?
—¿Perdona?

Y, sin avisar, Levi puso su mano en la nuca del chico y lo besó. Sus labios sabían a sangre debido a los innumerables vómitos del chico, pero eso no le importaba. Cuando sus labios se separaron, Eren ya no tenía ninguna flor ni en el ojo ni en el pecho. Eren se había curado. Es curioso cómo una enfermedad tan grave puede curarse en un abrir y cerrar de ojos.

—Idiota, enamorarte de tu superior.
—Y tú de un mocoso adolescente.
—Diez días limpiando el establo desde hoy, y nada de rechistar.
—¡Eh, no es justo!
—Sí que lo es.
—Por cierto, capitán.
—¿Sí, Eren?
—¿Qué somos?
—Tch, ¿tú qué crees? Una cosa más antes de que me vaya. Llámame Levi.
—Vale, Levi. Eres un novio encantador, obligando a tu pareja a limpiar los establos. Cuando me transforme en titán recuédame dejarte en el pozo durante dos días, sin comer ni beber.

Tres años después, la pareja fue recibida con los brazos abiertos por toda la población. Los titanes habían perdido y la humanidad había ganado la Última Guerra.

FIN