𝗢𝟭𝟰. viejos amigos

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VIEJOS AMIGOS


Abrí los ojos y sentí como mi respiración estaba cortada, empecé a exahalar con algo de fuerza hasta que por fin pude conseguirla, estaba en un lugar oscuro sin poder ver nada, mis ojos no lograban captar nada salvo la oscuridad.

Me levanté buscando algo con la mirada, una señal o algo que no sea solo oscuridad, sin embargo no observé nada; al cabo de unos minutos logré observar una luz, pero no una luz cualquiera, esa luz.

Mi corazón dió un vuelco a ver aquella luz radiante que hace apenas una semana deje de ver, comencé a correr hacia ella, pero paré al notar que mientras más me acercaba, más se alejaba de mi. Fruncí el ceño sin buscar explicación, empecé a caminar hacia luz pero mientras más caminaba más se alejaba.

— ¿Eres tu?—pregunté mientras seguía caminando hacia aquella luz brillante, hasta que paró en seco, me quedé de piedra mientras observaba aquella luz, solo podría ser una cosa.

— ¿Por qué estoy aquí?—pregunté mientras más me acercaba, pero está vez, la luz no se movía.Las dudas cada vez más crecían en mi interior sin tener respuesta alguna, ¿que me había pasado? ¿y por qué estaba en este lugar sin saber nada? ninguna de las respuestas aparecían en mi mente y estaba perdida sin saber que hacer.

Finalmente llegué hasta aquella luz, logrando que mis ojos se lastimarán, retrocedí como mínimo cuatro metros hacia atrás debido a lo fuerte que estaba la luz, unos segundos en completo silencio se hicieron presente en aquella oscura habitación, solo mi respiración agitada se escuchaba.

—Keith...—aquella voz era profunda, rasposa—estás logrando tu objetivo, haz lo que sea necesario- la voz sonaba como un eco profundo, y al instante medi cuenta que era la voz de La Tortuga, un cosquilleo me recorrió en todo el cuerpo logrando que cayera de rodillas al suelo, otra vez la respriación me falló y recuerdo ver todo negro.


Desperté de golpe dando una larga inalada y exhalando con fuerza, al parecer todo había sido un sueño, y realmente no era nada de que sorprenderse debido a que estos días había estado soñando con cosas muy extrañas que siempre me dejaban un escalofrío en todo el cuerpo, y siempre despertaba de la misma manera, eran muy extraños y siempre me quedaba con la misma duda, mi curiosidad crecía cada vez más y no podía hacer nada.

¿Qué significaban aquellos sueños? era extraño, desde que Jonathan me propuso buscar al Club de perdedores soñaba siempre de esta manera, no el mismo sueño porque eran sueños extraños pero siempre habían voces, oscuridad y algo que me perseguía..

— Hey, hola, ¿Cómo te sientes?—me exalté al escuchar una voz hablarme, apoyado en el marco de la puerta se encontraba un hombre alto y con un poco de barba, este me miraba preocupado.

— Eh...si, supongo-me aclaré la voz un poco ida, observé al hombre con una cara de confusión

— ¿Quién eres?—pregunté mientras me sentaba en la cama para acomodarme, sin embargo un mareo surgió dentro de mi logrando que me apoyara en la cama.

— Supongo que eso no importa ahora, lo primero es revisar que estás bien, Richie nos dijo que te desmayaste y duraste varias horas dormida, debes estar deshidratada—aclaró mientras se acercaba lentamente.


Lo observé en silencio mientras analizaba sus rasgos, aquel hombre presente en la habitación se me hacia de una forma conocida.

— ¿Quieres al-

— ¿Quién eres?—volví a preguntar mientras lo miraba con el ceño fruncido.- Soy Ben Hanscom

Al escuchar aquellas palabras sentí como mi corazón por un momento dejó de latir, aquella respuesta de verdad me dejó helada, todo dentro de mi se encendió como si de una chispase tratase 

No podía creer que aquel hombre delante de mi era Ben, estaba súper diferente a como lo recordaba, estaba otra persona.

— ¿Ben? oh...—aquel nombre parecía que mi mente aún no lo procesaba, es que ni yo misma podía creerlo—¿en serio eres Ben? oh por dios- me llevé la mano a la boca mientras una sonrisa se asomaba por mi cara, era increíble que el estuviera aquí conmigo.

Una sonrisa también se asoma por su rostro, se acerca hacia mi y me abraza. Los recuerdos pasan por mi rostro y una lagrima de felicidad baja por mi rostro.

— ¿Dónde están los demás?—pregunté con euforia, no podía creer que de verdad estaba aquí, mis manos empezaron a temblar de de la emoción y mis mejillas dolían.

— Están en la sala, hace unas horas que estás aquí—explicó.

— Quiero ir a verlos-exclamé para levantarme pero el me detuvo.


— Antes quiero saber...¿Cómo te llamas?—observé como me analizaba detalladamente, recordé mi conversación con Richie supongo que horas atrás.

— Ben, soy Keith, Keith Morgan—afirmé mientras lo observaba a los ojos, el suspiro y asintió lentamente—¿Richie no les dijo?

— Nos mencionó algo, sí, pero no quisimos creerle que eres tú...¿Cómo es posible?—parecía confundido y no lo culpo era normal que estuviera así, desaparecí 27 años, todos creyendo que estaba muerta cuando en realidad estaba viva, verme era difícil, lo entendía completamente y entendía que se sintiera así.

— Me gustaría contarle eso a todos aparte—una mueca apareció en mi cuerpo, el asintió y me ayudó a levantarme de la cama. Caminamos hacia la sala donde estaban los demás, observé los rostros de cada uno y a la primera que pude identificar fue a Beverly, ella enseguida me dió una adorable sonrisa que me hizo sonreír también.

— Hey, hola. No sé si sepas quien soy, soy Mike—la primera persona que se me acercó fue Mike, mi cabeza estaba hecha un lío con los recuerdos que pasaban por mi mente.

— Mike...Hola, ¿Cómo estas?—le pregunté con una sonrisa, era raro, verlos después de tantos años, todos estaban crecidos y yo parecía que tenía la mentalidad de una niña.

Me refiero a que pasé tantos años bajo tierra, nunca tuve un novio formal, fui a una fiesta que de verdad la pasara bien, o siquiera perdí la virginidad, nunca tuve un trabajo o siquiera fui a la universidad, tenía cuarenta y un años y aún seguía sintiéndome como una adolescente de catorce.

— Estoy bien, pero ahora lo más importante eres tu, ¿Cómo te sientes? Richie nos contó lo que te pasó—aclaró mientras me tomaba de las manos, me sentía enferma, como si me estuviera en un clínica de cuidados intensivos.

— Me siento mejor, gracias.

— Mike no le preguntes más—habló el otro hombre que se encontraba al lado de Beverly, sus rasgos se me hacían tan parecidos que cuando por fin pude identificarlo no pude evitar reír.

— ....¿Bill?—pregunté mientras ladeaba la cabeza, noté como una pequeña sonrisa se asomó por su rostro y yo tampoco pude evitar sonreír.

— Keith, hey, ¿Dónde estuviste todo este tiempo?—me pasé la mano por la cara mientras un suspiro salía de mi boca, hablar de aquel tema hacia que mi piel se pusiera de gallina.

— Es un poco difícil de explicar la verdad, pero trataré de hacer lo mejor posible.

✓ ²𝗛𝗢𝗠𝗘𝗖𝗢𝗠𝗜𝗡𝗚 ━━ richie tozierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora