Capítulo 5

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Al salir de las clases me fui al sitio donde Harry me había dicho que esperase. Sí, desde que salí de clase, más o menos hace media hora. Lo que yo decía, se habrá ido con Sophie.

Me senté el bordillo y puse la mochila en mis piernas. La abrí, cogí un lápiz y me puse a dibujar cosas. Un pájaro bastante raro, un gato...con orejas que parecen cuernos, y estrellas...Me reía yo misma de lo mal que dibujo. Lo curioso es que siempre dibujaba lo mismo. Pero porque es lo que más bien pinto, entre comillas. Dibujo fatal, pero me gusta bastante.

Tras otra larga media hora vi el coche de Harry aparecer en el aparcamiento. No era el mismo coche con el que me trajo. Este es un Mercedes negro brillante; nuevo.

Lo aparcó y salió de él con el móvil pegado a la oreja.

-Lo siento muchísimo. -vino corriendo hacia mi casi ahogándose.- Cosas del trabajo. No pude llamarte porque estaba en una reunión.

-¿Me lo dices a mi o al del móvil?

Se quedo mirándome como si no entendiese lo que acabo de decir.

-Está bien, no te preocupes.-suspire moviendo de un lado a otra la cabeza.

La verdad, estaba de muy mal humor.

Siempre que me habla de su trabajo me siento rara. Harry y yo somos de la misma edad. No se. Lo más normal es que con 17 esté estudiando. Bueno, en realidad ya tiene 18. Pero bueno, es lo que tiene ser suertudo. Con 14 irse con su tío a trabajar, a los 16 conseguir un trabajo bueno y a los 17 ser jefe de una empresa. Nunca voy a saber el cómo lo hizo.

Bueno, eso es lo que me contó pero cada vez es una cosa diferente. Pero es algo que no me importa mucho y no quiero darle vueltas, confío en lo que haga.

Me quedé quieta al lado de la puerta del copiloto esperando a que abriese. Pero Harry pasó olímpicamente del coche y siguió andando con su vista clavada en el móvil.

- ¡ Harry !

- ¡Un momento ! - Seguía.

- ¡Harry! -grité más fuerte.

Se paró y me miró. Fue a decir algo pero frunció el ceño.

Dio un pequeño salto por el grito y apartó la vista del móvil.

- Madre mía. - Comenzó a caminar hacia el coche riéndose.- Soy subnormal. A saber donde acababa. 

Quise reírme, pero mi mal humor me lo impedía.

Abrió el coche y nos metimos.

-Creo que necesitas un descanso.- Dije mientras ponía la mochila en los asientos.

-No. - Arrancó el coche.- Es solo que estamos empezando a tener muchísimas cosas que hacer que antes. Pero muchísimas. Y no estoy acostumbrado a trabajar tanto. -Hizo una pausa y se quedó pensativo. - Ya me entiendes. Sabes que siempre he trabajado pero nunca como ahora.

Asentí.

-Pero merece la pena, ¿no?-Crucé mis brazos y le mire suspirando.

-Ya me lo dirás cuando te lleve a cenar al mejor restaurante que conozco.- Sonrió de lado.

-Uhm...

-O a otro sitio. Como veas.

- ¿Y que tal si ahorras? Para futuros gastos importantes, digo.

-Oh venga, no me seas aburrida.

-Responsable.-asentí con la cabeza.

-Aburrida.

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