5.- Enamorándome del pervertido

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Diez días han pasado ya, siempre lo mismo con Lucas. Salimos a desayunar, comer juntos, cenar, a pasear por el barco, a conocer más el enorme lugar, y sobre todo, las insinuaciones de Lucas nunca faltan, pero ya no soy tan duro con él…

Quedan 4 días, y él ya es más dulce que pervertido. Me envía rosas a diario, me toma de la mano y ya hemos incluso dormido en la misma habitación, pero él siempre duerme en el suelo o sillón, ya que no lo dejo acercarse tanto.

Esta es la noche 11... 8:00 p.m.… Lo veré a las 8:30 p.m. para cenar… Cada día que pasa me afirma que sí me gusta, ya no me molesta su presencia, ya no me incomodan sus insinuaciones, él era guapo, de verdad me gustaba…

Esa noche simplemente yo cené un plato de melón, y él una crepa dulce. Después de cenar, me acompaño a mi camarote, me encantaba verlo de traje, en especial con ese traje ajustado que marcaba sus músculos, lo hacía ver más sensual.

—   Buenas noches Lu. —dijo.

—   Buenas noches, Luc. —dije, y luego besé su mejilla.

No había besado su mejilla en estos 11 días, no me había acercado tanto a él en realidad. Su perfume olía tan delicioso, un aroma un tanto suave y a la vez fuerte… Me encanta.

—   ¿A qué se debe el beso? —dijo confundido.

—   Cállate, no te creas tanto. —dije y luego lo abracé.

—   ¿Y el abrazo? —dijo riendo.

—   Qué te calles, idiota. —dije sonrojándome.

Él tomó mi barbilla y la alzó hacia su mirada, sus ojos hicieron contacto visual con los míos y sentí cómo poco a poco él calor corría por mi cuerpo. Acercó sus labios a los míos poco a poco hasta que se rozaron, y al final, se juntaron y crearon un largo beso… Un beso cálido, de esos de los cuales no podría contarle a nadie, ni siquiera a mi mejor amiga…

Después del beso, lo abracé mucho más fuerte y él correspondió mi abrazo.

—   Buenas noches patito…—dije bajando la cabeza sonrojado.

—   ¿Patito? —dijo con una sonrisa en la cara.

—   Sí… Patito… Por Lucas, el pato Lucas… Hahaha. —dije sonriéndole y luego lo abracé.

—   Hahaha, me gusta ese apodo…—dijo y luego me besó.

—   ¿Te veo mañana?

—   Hasta que este crucero termine, cada día a toda hora. —dijo y luego salió caminando.

Me metí a duchar, y luego me metí en la cama. No podía dejar de repetir esa escena, la escena de nuestro primer beso, tan cálido, tan especial…

—   Carajo… Estoy enamorado… — dije y me cubrí completamente con las cálidas cobijas hasta quedar dormido. 

La historia de un amor pasajero...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora