Capítulo 1 | No nesecito a un idiota de niñero.

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01 | No nesecito a un idiota de niñero.

Un helado, dos helados, tres helados...

¡UNA MOTAÑA DE HELADO!

¡Me encanta el helado!

¡Guau!

Frunzo el ceño al escuchar ese ruido, entonces siento algo pejagoso en mi mejilla. Suelto un bostezo y abro mis ojos lentamente encontrándome con un pequeño cuerpo peludo sobre mí, mientras dos enormes ojos marrones me observan fijamente. Rocky, mi labrador de cinco años vuelve a ladrar nuevamente y pasa su lengua por mi mejilla por segunda vez.

- ¡Rocky! - me río. Me incorporo sobre la cama, mientras paso el dorso de la mano por mi mejilla para limpiar las babas. ¡Agh! - Buenos días, pequeño - le sonrío. Rocky se acerca a mi moviendo su cola felizmente y se acuesta boca arriba para que le acaricie la barriga - Eres un mimoso - le acaricio la barriga, mientras él intenta morderme la mano. Desvío mi mirada un segundo al reloj que se encuentra sobre mi mesa de noche, son las 10:45pm - Vamos a comer porque me muero de hambre - Rocky me mira moviendo su cabeza hacia un lado sin entender.

Me río.

Me levanto de la cama, sintiendo el suelo frío bajo mis pies y me coloco rápidamente las zapatillas para dirigirme al baño. Bostezo. Con las ganas que tenía de seguir durmiendo, anoche me quedé despierta haciendo videollamada con mi mejor amiga, Carolyn y me acosté como a las cinco de la madrugada. Solté otro bostezo. Pero bueno, hoy era sábado y no había absolutamente nada que hacer, por lo que seguro me echaré una siesta por la tarde.

Abro el grifo de la bañera y mientras el agua se calienta, me miro al espejo. Parezco un zombie. Me recogo el cabello en un rulo, ya que el cabello me lo lave ayer y me adentro en la bañera, dejo caer el agua sobre mi cuerpo y siento como mis músculos se relajan. Suspiro. Estoy aproximadamente quince minutos, cierro el grifo y salgo de la bañera, enrollo una toalla alrededor de mi cuerpo y vuelvo a mi habitación.

Veo a Rocky sentado sobre la alfombra gris de mi habitación y mordiendo una de mis converses negras y mis favoritas.

- ¡Rocky! - lo regaño. Me acerco a él, que me mira fijamente moviendo la cabeza hacia un lado sin entender - ¡Eso no! - le quito la converse de la boca. ¡Agh! Está llena de babas.

Son mis converses favoritas y las que utilizo casi siempre.

Y ahora una de ella esta llena de babas. ¡Qué asco!

Pongo las converses en el cesto de la ropa sucia que se encuentra en el baño - Bueno así las lavo de una vez, que ya estaban todas sucias de tanto utilizarlas - Vuelvo a mi habitación, para buscar ropa interior negra en el armario y algo que ponerme, me decido por unos short cortos de color negro y una camiseta blanca básica, cepillo mi cabello castaño y largo dejándolo suelto con sus pequeñas ondas en las puntas y me coloco en los pies mis calcetines de shinchan.

Me encanta andar en calcetines por casa, es una costumbre desde pequeña.

Salgo de mi habitación, Rocky sale delante de mi mientras mueve su cola de un lado a otro. Está contento. Bajo las escaleras y le abro la puerta del jardín a Rocky, que rápidamente sale corriendo en busca de su pelota. Camino hacia la cocina, porque me estoy muriendo de hambre y mi estómago no para de rugir. Parece un león enjaulado.

- Podemos confiar en él. Sus padres son nuestros amigos, Orlando - al escuchar la voz de mi madre me dentengo a escasos centímetros de la entrada de la cocina. Retrocedo un poco para evitar que me vean - Y... no veo por qué no hacerlo.

Mi niñero es un idiota ©. (#1) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora