Andre kapittel

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Las alas negras le llegaban hasta los talones, eran gigantescas, majestuosas

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Las alas negras le llegaban hasta los talones, eran gigantescas, majestuosas. Su textura era áspera, su color negro intenso. En los entremos se hallaban pequeñas -pero mortales- agujas, con tan sólo un pinchazo de estas podías caer en la peor muerte de todas.

—Veo que tus alas siguen siendo igual de hermosas que aquella última vez que te vi. Queda impecable el color negro en ellas, ya que es la percepción visual de máxima oscuridad— Esbozaba una sonrisa divertida, digna de Él.

—¿Qué haces aquí?

—Lo mismo cuestiono, Rafael. Que yo sepa, tu padre prohibió la entrada a los ángeles.

—Lo cual es ilógico porque este es territorio de los ángeles.

—No lo niego; aún así me es inevitable regresar a estos terrenos donde me condenaron por cosas que no hice. Tú sabrás mucho de eso.

—¿A qué te refieres?— Rafael comenzó a acercarse a Lucifer de manera desafiante.

Sabía perfectamente que lo que anunciaba era cierto, pero nunca lo admitiría. Su orgullo era mucho más importante que pedir disculpas.

—No hace falta que te lo explique, ¿O si, primo? Al fin y al cabo, tu raza y tú son los buenos en los cuentos. Pero cuidado, ¡No olvides que sigo siendo el ángel más fuerte de todos!

Lucifer se alejó de su primo para extender sus alas y salir volando de aquel lugar.

Lucifer se alejó de su primo para extender sus alas y salir volando de aquel lugar

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Mʏ Lᴜᴄɪғᴇʀ ɪs ʟᴏɴᴇʟʏ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora