Esta gente me tiene arto. Siempre es lo mismo. Los tienen de cachorros, y al crecer, me piden que los duerma para volver a tener otro.
Al principio me tragué la rabia, y solo procedí llendo en contra de mi ética profesional y de mi moral. Pero ahora no me importa, ya que les doy a los animales una mejor vida. Y todo con no más de 60 ml de xilazina dentro de un tazón de café.
— Adelante — Miré a mi paciente junto a un hermoso pastor alemán — seguiremos la conversación que tuvimos por teléfono con una taza de café, mientras este chico bueno come su última comida a su lado.
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50 historias que te erizarán la piel
Misterio / Suspenso50 historias tenebrosas para leer bajo la luz de un linterna mientras la oscuridad te rodea