No entendía por qué,
Estaba llorando abrazado a la almohada envuelta en el saco de su hermano mayor, revisaba en su teléfono cada foto del perfil del cafetero. Ver como demostraba y gozaba de su relación en esas fotografías lo lastimaba, pero lo único que podía hacer era observar.
Pronto el toque de la puerta lo hizo limpiar sus lágrimas con apuro, escondió rápidamente la almohada que antes abrazaba y dio la orden de pasar.
Sin tardar la imagen del colombiano se hizo presente. Este se acercó de forma sencilla sentándose en la cama del contrario.
- Veo que encontraste mi droga. - río frente a su comentario, la incomodidad invadía al castaño menor.
- ¿Q-Qué? No.. sólo estaba.. - intentó pensar en una excusa.
El abrazo de su hermano mayor lo interrumpió, el más bajo se aferró a la calidez que le estaban ofreciendo.
- Ahora dime - sentencia separándose. - ¿Por qué estabas llorando? -
Se mostró inmutado, su nerviosismo lo invadía lo que se notaba en su sudor.
- ¿A-Alguna vez has llorado por.. amor..? - soltó comprensivo jugando con sus dedos.
- Uy no marica, probecita esa alma condenada. - una risa exagerada se hizo presente, pero la mirada triste del ecuatoriano le hizo disculparse.
- Simplemente, creo que esa persona no es para mí, pero por alguna razón lo sigo amando.. -
Las lágrimas acumuladas ya empezaban a caer, sus brazos rodeaban el torso de su hermano con fuerza mientras que su camisa era mojada por la cantidad de fluidos que caían en ella. La mano del contrario acariciaba su cabeza buscando consolarlo.
- ¿Quién es? - preguntó con una sonrisa cálida.
Eso inconscientemente hizo ruborizar al menor en cuanto subió su mirada. Rápidamente bastantes países se pasaron por su cabeza, hasta que uno en particular llamó su atención.
- ¡E-Es Perú! Sí.. es él.. -
Una sonrisa comprensiva se asomó en su rostro, el colombiano se sentía bastante feliz por su hermano menor.