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Los días pasaban, Ecuador se sintió pésimo por su tricolor al hacerle eso, pero, a la vez pensaba que fue lo mejor para el colombiano, que se diera cuenta de tal infidelidad por la que pasaba.

Pero lo que más le partía el corazón era verlo llorar por ese imbécil, comer ese helado con sabor a café ahogando sus penas, y muchas veces quedarse horas en el bar, tomando y escuchando canciones pal despecho.

Hasta le tuvo que ir a sacar del bar, por lo que el cafetero ya se acercaba a las horas de la madrugada.

Un día simplemente lo agarró desprevenido comiendo de su helado; tenía planeado hablar con él.

- Colombia, hermano, sé que tal vez esto sea difícil para ti pero, ¿es necesario todo eso? - Cuestionó, el colombiano lo miró a los ojos, con clara confusión.

Miró al suelo, dejó la cuchara dentro del bote, en sus ojos agachados se notaba clara tristeza, por lo que le ofrecieron un abrazo a cambio; al igual que una caricia suave en su pelo.

- No entiendo por qué lloras.. - Agarró sus manos entrelazando sus dedos. - Mereces algo mejor que una egocéntrica potencia.. -

Dijo comprensivo, volvió abrazar al colombiano en cuanto vio su rostro derramar lágrimas, empapando su hombro.

- Te amo, Colombia. -

Esa palabra se coló en su decir, pero esta vez no tembló, no sudó, lo decía con su corazón, con total seguridad.

Pero era de esperar que Colombia lo tomara como una broma y soltara una risita.

- Gracias por tu apoyo, su merced. -

Fue lo que dijo separándose del ecuatoriano, subió a su cuarto con su manta encima con intenciones de dormir un rato.

- ¿Cuando dejaras de ser tan.. inocente..? -

¿Obsesión o admiración? [Ecuador x Colombia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora