Los días pasaban rápido, más que el aviso de una cita doble no se hizo esperar.
Pero unas horas antes, revisó el perfil de la filipina en donde subía fotos con el estadounidense, eso le hacia entender que ella no sabía que era parte de una infidelidad.
El colombiano organizó una cita con su pareja, hermano y vecino peruano. El ecuatoriano sabía sus intenciones, pero lo único que hacía era quedarse callado.
El día con ansias había llegado, el colombiano se arreglaba mientras que su menor se mantenía intacto esperando en la puerta, con las ganas de romper la cara del rubio en cuento llegara.
Aunque sabía bien que eso no iba a pasar, tenía algo planeado. Pronto la hora de irse había llegado por lo que el timbre se escuchó en toda la casa.
El ecuatoriano abrió divisando al de lentes y al peruano.
Se incomodó bastante, ver al contrario de gorra y pensar que su hermano se comió el cuento de que lo amaba le revolvía el estómago. Y sin hablar del gringo; que sólo provocaba asco al menor.
Pronto en su auto se subieron, dejaron a los dos inmunes atrás para que "socializaran" pero el sentir de un ambiente tenso no se hizo esperar.
Sin tardar ya estaban en el restaurante, uno italiano, ya que se veía romántico. Entraron claramente sentándose en una mesa; algo distanciada de las demás.
El castaño menor se mantenía ansioso, chocaba sus dedos con la mesa esperando a la persona especial que alegraría su noche.
- Oiga. -
Levantó su mirada notando que el colombiano lo llamaba, en cuanto lo vio el mayor señaló disimulado con su boca al peruano; tal acción lo incomodó más.
Sin tardar se levantó, su estómago estaba más que revuelto por lo que en un arbusto cercano empezó a vomitar.
- ¿Ecuador? -
Sentenció la filipina llamando su atención, el castaño pronto limpió su boca, y se levantó con el mayor animo que pudo sacar. Feliz de que la chica hubiera respondido a su llamado.
- Oh, Filipinas, no me di cuenta, ven; tengo que mostrarte algo muy lindo. -
La tomó de la mano, la acercó con delicadeza a la ventana y terminó por señalar una mesa en particular.
- ¿Sabías que mi hermano y tu novio tenían una relación, Filipinas? -
La chica no se inmutó, en su rostro se veía confusión y preocupación, ante esto la clara furia no se hizo esperar, sin tardar entró al establecimiento apretando sus puños.
El ecuatoriano miraba entusiasmado desde la ventana.
Pronto el espectáculo empezó.
Se podía observar a la chica gritarle al estadounidense, formando un escándalo en el lugar. El rubio intentó calmarla pero a cambio recibió una cachetada.
La chica pronto salió del lugar con su cara mojada de tantas lágrimas.
Mientras que el castaño festejaba internamente fingiendo preocupación.
- ¿Pero qué ha pasado? -
Sentenció entrando de nuevo al lugar, más que su hermano sólo se fue corriendo del sitio con un estadounidense persiguiéndolo.