¨Flames of love¨ [RenTan]

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Olor de brasas recientes y la fragancia de una mezcla variada de flores es lo que podía sentir el pelirrojo a su alrededor, estaba realmente en paz, esa combinación de aromas era el paraíso para él, era tan cálido que realmente no le apetecía abrir sus ojos, solo unos minutos más era lo único que pedía. De a poco su conciencia volvió y no solo pudo notar como dos grandes brazos le rodeaban, sino que también percibió dos pequeñas manos aferrándose a su pecho. Por fin se dignó a abrir los ojos y asumió que era de noche porque frente a él se encontró a su ahora literalmente pequeña Nezuko observándolo con gran atención, se llenó de tanta alegría al verla después de tanto tiempo que rápidamente la abrazó.

-¡Hmm! ¡Hmm!.-Gimoteo alegremente la pequeña al ver a su hermano despierto.

La alegría de la pequeña  causó que tras liberarse del abrazo de su hermano, comenzara a revolotear alrededor del Kamado mayor, tal alboroto hizo que la gran figura que se hallaba abrazandolo empezará a removerse. Un largo mechón rubio con puntas rojas cayó sobre el hombro del adolescente, dejando en claro quien se encontraba tan fuertemente aferrado a él.

-Rengoku-san.-Le llamó 

-¿Hm?.-Respondió adormilado el pilar

-Debo levantarme.

-Cinco minutos más.

Esa simple frase le causa tanta gracia y ternura, que sintió que sería un pecado obligarlo a levantarse, pensó en que Nezuko también se había dormido tas saltar y saltar. El abrazo del mayor se había aflojado un poco, por lo que tomó a su hermana y se giró, quedando casi frente a frente con Rengoku, si no fuera por la altura y por la pequeña que ahora dormía entre los dos. Una gran mano se posó bajo la cabeza del pelirrojo y la otra se posicionó a la altura de la cintura, cubriendo así también a la pequeña.

¿Que era este sentimiento? Porque se sentía tan cómodo y cálido ¿Era porque estaba con su hermana?No, era algo más, quizás era la persona que se encontraba frente a él. Observó por unos momentos el rostro dormido del contrario y de apoco un tono rosa se marcó en las mejillas del joven, de verdad no quería dejar de sentirse así. A Pesar de no entender claramente que era lo que sentía se acomodo entre los brazos del mayor posando su frente en el pecho de este, obviamente sin dejar de abrazar a diminuta hermana. La luna se escondió y el sol salió, pero aquellos 3 seguian igual, a excepción de que ahora estaban siendo cubiertos por un haori de diseño fogoso. En aquella habitación había tanta paz, casi irrompible..casi.

-Ara ara, cada cosa que uno tiene que ver.-Comentó la pilar pelinegra

Los observo un momento, se acercó a la ventana donde cerró las persiana evitando así que a luz entrase y se posicionó nuevamente en la entrada de la habitación con una vena bastante resaltada en su frente.

-¡Será mejor que despierten ustedes tres!.-Gritó la oji morada

El rubio reconoció ese tono de voz tan enojado e inmediatamente se sentó sobre la cama, la reacción del pelirrojo fue casi la misma, la pequeña estaba arropada y en brazos de su hermano. ¿Debían sentir miedo por como los observaba la mujer? ¿O sentir vergüenza por haber dormido juntos y encima abrazados? Creo que sentían ambas, debido a su expresión, los ojos bien abiertos, una sonrisa un tanto nerviosa y un notable sonrojo.

-Creo que deberás ser castrado.-El olor de la ira aumentó cuando la mujer pronunció esa frase.

-E-espera, yo no lo hice nada, solo-

Fue interrumpido por un jalón de cabello por parte de la mujer, lo llevaba a rastras hasta la puerta, seguramente tenía planeado un castigo bastante severo para el pobre pilar de flama.