°°2°°

6K 539 480
                                    

El chico acaba de decir que intentaría animarse, pero ahora su estómago estaba hecho un desastre ¿Tanta era la culpa que sentía por dejarse apuñalar así de fácil? No lo entendía muy bien, pero sabía que necesitaba verlo, tenía que reiterar que no era un sueño, que él estaba vivo. Comenzó a caminar entre los presentes hasta que logró llegar hasta donde se encontraba el emisor de aquella voz tan gloriosa, se mantuvo menos de un segundo analizando al rubio, ahora llevaba un parche en el ojo izquierdo, un pequeño trozo de tela verde a cuadros amarrado a su katana y una pequeña bolsa en su mano derecha, paquete que soltó de bruce al verlo.

Ninguno de los dos supo en qué momento avanzaron, sólo reaccionaron cuando el joven estaba en brazos del mayor, ambos lloraron al sentir el tacto mutuo, el menor se aferró con fuerza al cuello del pilar y este lo mantuvo firme entre sus brazos, era reconfortante para los dos poder verse nuevamente y en una sola pieza,  si hubiese sido por ellos, hubieran permanecido así por mucho tiempo, pero una voz interrumpió el hermoso momento.

-Esto es tan raro.-Comentó el pilar de la serpiente.

-¿Eh?.-Se giró el de cabellos en llamas con una mirada de incredulidad, notando todo el público presente.

Bajo con cuidado al joven e intentó saludar normalmente a todos con su típica sonrisa, pero un gran sonrojo no quería abandonar sus mejillas, el pequeño tan solo se quedó cabizbajo intentado ocultar el tomate que ahora tenía por cara. Casi nadie reaccionó ante aquel acto de cariño, solo vieron a un maestro reuniéndose con su alumno despues de mucho tiempo. Todo siguió en calma y por alguna razón estos dos que fueron el centro de atención por unos momentos eran separados casualmente por las conversaciones y las personas , el cabezadura comenzó a aburrirse, por lo que sentó y rápidamente cayó en brazos de morfeo.

-Tanjirou-kun.-Le llamo una voz femenina.

-¿Eh?.-Abrió sus ojos con dificultad, tras unos momentos de enfocar su vista notó que quien le llamaba era Kanao.

-Te dormiste en un rincón, creo que ya deberías irte a la cama.

-Si, lamento las molestias, buenas noches Kanao-chan.

-Buenas noches Tanjirou-kun.-Hizo una reverencia, para luego retirarse hacia donde estaba Aoi.

Un tanto adormilado paso tropezando y chocando con cosas, esto no pasó desapercibido para su maestro, este río al verlo en aquel estado tan gracioso y luego acudió a ayudarlo. Poso una de sus manos en el torso del chico y con la otra pasó el brazo del menor por su espalda y así tomaron rumbo a la habitación.

-Gracias Rengoku-san.-Agradeció sin mirarle a la cara.

-¿Te ocurre algo Kamado?.-Le preguntó curioso, sin detener su paso.

-Yo..realmente lo siento.-Musitó en voz baja.

-¿De qué hablas?.-Le comento desentendido el mayor.

-Si no fuera por mi usted no habría dormido 2 meses en el frío suelo de una habitación esperando a que yo despertase, debi ser mas cuidadoso y no dejarme llevar, mi hermana se encuentra dormida y no se cuando podrá despertar, tan solo por protegerme ella se expuso al sol, si no fuera por usted Nezuko seria polvo, solo fui una carga en esa misión.-Liberó por fin el pesar y las lágrimas que mantenía presas.

El rubio se detuvo en seco, sorprendiendo al chico. Pequeñas venas comenzaban a marcarse en el gran brazo que daba sostén al herido, el contrario tan solo se mantenía cabizbajo intentando ocultar el hecho de que estaba llorando.

-Tu realmente...no entiendes ¿Verdad?.-La voz ronca del pilar rompió el silencio.

Fue un movimiento realmente imperceptible el que ejecutó Rengoku, ahora estaba sentado en posición de indio y había hecho que el más pequeño imitara su acción, Tanjirou estaba confundido, estaba esperando que su maestro le dijera algo, pero tan solo recibió un suspiro en intento de calmarse.

¨Flames of love¨ [RenTan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora