Eran las doce de la noche, honestamente ya no sabía que hacer.
Hoy había sido un día común y corriente, me levanté como siempre a las seis am y desayune. Fui a trabajar al café en donde salude a todos y nos pusimos a preparar los menús. Liliana me miraba de reojo a cada rato y yo le sonreía, es una buena chica, se ve que no entendió que después de esa salida no seríamos nada serio.
Al salir del trabajo a las seis pm fui a casa de mi novia, cojimos y comimos.Cuando anochecio, decidí irme a casa, llege a las diez, me bañe y acoste, y desde ese momento, no he podido conciliar el sueño ya que cada vez que estoy por quedarme dormido me acuerdo de el rostro de Liliana.
En el almuerzo nos fuimos a su departamento y luego de comer, ya que estaba aburrido me acerqué a ella con una pequeña navaja de bolsillo y al besarla rebane su pecho izquiedo, ella quiso gritar, pobre crédula, no lo pensé ni un segundo más y le corte la garganta, el hermoso color estacrlata lleno la habitación. Pero la razón por la que no puedo dormir es porque creo que no debí haberla dejado en el patio de su mamá...
ESTÁS LEYENDO
Escritos.
RandomEn este libro publicaré escritos míos hechos en mi tiempo libre basándome en una palabra, si quieren pueden comentar palabras y yo cuando pueda realizare uno con cada una.