Violencia.

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Carla:
Mi querida amiga, hoy 23 de agosto de 2015 he decidido abrirme con vos.
Honestamente me hubiera encantado quedarme a tomar mates con vos ese día y contarte todo en persona, sólo que Rubén con ese apretón en la mano me dio a entender perfectamente, la paliza que recibiría al llegar a casa.
Y si, lo amo tanto, es tan, pero tan bueno que esos gritos, leves golpes o empujones no merecen ser tomados en cuenta ya que restando eso, con el soy feliz.
Además que el siempre trae dinero a la casa, él es la razón por la cual hay un plato de comida y estoy eternamente agradecida de eso.
El punto, es que, ese día en el que volvimos, me encantó la idea de hablarte de lo genial que crei que era, pero justamente hoy, he podido notar que no es tan maravilloso como lo pensé.
Si, se que anteriormente escribí que lo amaba y que era un hombre impecable, sólo que esa parte la escribí hace una semana mientras el trabajaba, y me distraje tanto escribiéndote que no hice el almuerzo y me golpeó peor que antes.
Y luego de estar tres días en cama, en reposo, noté que el solamente me matrata y consciente al mismo tiempo, a si que hoy, 30 de agosto por favor gen a ayudarme cuando recibas está carta, porque me defendí cuando me quiso golpear por no querer tener sexo, lo empuje y se golpeó con la esquina de la mesa de noche, ¡lo maté!. No sé que hacer, necesito ayuda.
Cuando lo vi tirado ahí, me imaginé a mi misma ya que después de todo, ese cuerpo sin vida desangrandose podría haber sido yo hace tres días, hace un año, hace tanto tiempo que ya perdí la cuenta.
Atte: Camila.

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