Shiemi no sabía que decirle, no sabía que haría y mucho menos como iba a reaccionar ella. Karma le mantenía la mirada cuando puso sus manos en las mejillas de ella y enrojeció su rostro.
— Karma...
— Dame tiempo porfavor, no se me da bien estas cosas. — se acercó más a ella y le dio un beso en la frente— mhh... te invito a una merienda. — le susurró al oído.
Con una sonrisa bobalicona, aceptó la invitación. De camino hacia la cafetería no se dijeron prácticamente la palabra. No sabía que intentaba decirle Karma y muchos menos ese cambio hacia ella. Por otro lado, Karma tenía los nervios a flor de piel y solo quería llegar a la cafetería para meterse un buen sándwich e intentar matar esos nervios.
En cuanto llegaron, Karma le dio paso y se sentaron en una mesita esquinera. El sitio era precioso y muy tranquilo. Un camarero les llevó unas cartas mientras Shiemi miraba y remiraba el sitio.
— Shiemi, mira a ver qué quieres pedir, luego puedes seguir mirando el sitio.
— Ui sí sí, perdona, es que, es muy bonito.
Shiemi no pudo evitar sonrojarse, había sido Karma quien la había llevado a tal sitio. Después de mirar la carta y pedir al camarero, esta se acomodó en el asiento y miró a Karma, como siempre con ese aire de superioridad.
— baja de las nubes, Akabane.
— Porque? — mirándola con una sonrisa maligna — porque he conseguido sorprenderte? Debo sentirme alagado.
Esa parte de Karma la irritaba ligeramente pero era su carácter, su manera de ser. En cuanto les trajeron la merienda, llenaron sus barrigas con deliciosos platos e infusiones. Karma deboro su merienda y en cuanto había terminado, observó a su amiga disfrutar de la suya. Después de terminarse su dulce, le dedicó tiempo a saborear su té. Karma solo observaba, no le comentaba nada hasta que se deslizó y se movió hasta estar al lado de Shiemi. Esta le miró cuando Karma se acercó más a ella.
— Se que te he pedido tiempo pero, necesito mostrarte algo más.
Karma acercó su rostro al de Shiemi, acariciando con su mano el muslo que quedaba al descubierto por su falda mientras tanto, la otra se posaba en el rostro de ella. En otras circunstancias, ya le hubiera apartado, pero aún después de la pequeña riña de por la mañana, Karma había dejado apartado el orgullo para poder acercarse a ella y mostrarle su otra faceta. Ese tacto , esa suavidad que transmitía Karma en ese momento acabó de sorprenderla, besándola. Sus labios se juntaron como si ya lo hubieran hecho millones de veces, se habían convertido en uno. La mano que acariciaba el muslo se había posado en la cintura de Shiemi y la había atraído hacia él, uniendo ambos cuerpos. Ella se había quedado algo traspuesta, sus manos se habían quedado agarrando la taza de té, como sin saber donde tenía que posarlas. Cuando finalmente se separaron, Karma fijó la mirada en los ojos de Shiemi, brillantes.
— no me mires con tanta insistencia...
— no puedo evitarlo... has dejado que te besara, pero no por eso quiero que te agobies.
Shiemi observaba cómo Karma intentaba explicarse y le hacía cierta gracia, tan orgulloso que era y en estas cosas no era capaz de explicarse con claridad.
— Tranquilo, me he sentido muy bien.
Karma la abrazó y dejó que siguiera tomándose el café, no sin juguetear con su pelo. Finalmente cuando pagaron y salieron de la cafetería, se encontraron con Ren, sólo.
— Shiemi? Que haces aquí con Akabane?
— Ren, no te tengo que dar explicaciones, simplemente estábamos y ahora nos vamos.
Y cortando la conversación, tiro de Karma para dirigirse a su casa.
— Porque tienen esta insistencia contigo, Shiemi?
— es culpa mía, deje que me manipulasen demasiado cuando estaba en su clase.
— no te culpes, con ese director...
Le trayecto se les hizo corto y en cuanto llegaron al portal de casa Shiemi, ninguno de los dos sabía cómo despedirse.
— Gracias por la tarde, Karma, me gustaría repetirla — dijo en cierta voz baja y roja como una tómate.
— gracias a ti y si, repetirémos. — y dándole un beso en la mejilla no sin acercarse bien al rabillo de los labios de ella, se dispuso dirección hacia su casa.
Shiemi entró en la suya cuando pilló a su hermano mayor corriendo por el pasillo
—- Yukiooo!!!! Me estabas espiando?????
En cuanto le alcanzó lo arrojó en el suelo para atacarle de cosquillas en cuanto por la habitación apareció su tío.
— Menos mal que te ha traído hasta la puerta, sino mañana se enteraba. Ha ido bien?
— Muy bien, he merendando un montón.
— pues tú tía ha hecho ya la cena.
— si si si y me la comeré
Como ahora Shiemi dijera que no iba a cenar su tía pondría el grito en el cielo.
A la mañana siguiente, Karasuma y ella se dirigieron al instituto con el coche, Shiemi había dormido como un bebé y ahora empezaba a sentir un nerviosismo, ¿Tenía ganas de volver a ver a Karma? ¿Le había gustado de verdad esa faceta de él?
Cuando dejaron el coche, vieron que justo a su lado aparcaba el coche del director. A Shiemi se le oscureció ya la mañana.
— con lo bien que podría haber empezado la mañana... — dijo molesta.
— no dejaré que te toque un pelo. — Karasuma mantenía el enfado que había causado el directo la mañana pasada.
Los dos se bajaron del coche pero Karasuma fue rápido y se puso delante de ella.
— Muy buenos días familia Karasuma. Tranquilos, solo les informo que hoy pasarán por vuestro campus los bomberos y ya hablareis con ellos del asesinato de Koro-sensei.
Shiemi se quedó pensativa... ¿Con los bomberos?
— Bueno, eso ya lo veremos director — le dijo Karasuma con cierto tono molesto, a los que él director ni se inmutó pero se puso al frente de él.
— No, deben hacerlo, Karasuma.
Karasuma apretó los puños y su sobrina no pudo evitar cogerle las manos, a modo de que se tranquilizase. El director dio media vuelta y se fue hacia el campus, Shiemi se movió hasta estar delante de su tío para mirarle.
— Ese hombre me pone enfermo...
— lo se... y a mi...
Karasuma finalmente dejó de seguir con la mirada al director para enfocarse a su sobrina, quien lo estaba mirando con cara de preocupación.
— tranquila ninfa, ya nos encargaremos de él— le dio un beso en la frente— vamos?
Y así hicieron, se dirigieron al campus y mientras esperaban que empezasen las clases, Shiemi preparó un té para los profesores de la sala.
— Irina vendrá hoy, Karasuma? — le preguntó.
— Así es, hoy tenéis inglés con ella y si dicen que vendrán los bomberos, la ayuda de tu tía será indispensable.
Dada la respuesta, Shiemi preparó más té, para que cuando llegara su tía también tuviese. Después de servirlo y tomarse el suyo, observó que iban llegando los alumnos.
— Voy tirando para la clase Karasuma.
— que vaya bien el día, recuerda que tienes clase con ellos después de recreo.
— si, me acuerdo!
Cogió su maleta y se dirigió a la clase. Mientras recorría el pasillo, pensaba en los bomberos y en que pinta iban a tener... los últimos asesinos que divisó ella, se les notaba de lejos que lo eran y le asustaba que causasen un mal augurio en sus compañeros. Cuando levantó la cabeza, divisó a Karma en la puerta de la clase, mirándola.
— Buenos días Karma.
— Muy buenos días, Shiemi, deja tu maleta en tu asiento por favor, toca ciencias y le dicho a Isogai que ya iríamos a por los materiales nosotros dos, así Koro-sensei cambiaba esa imagen de mí.
Shiemi se lo miró y afirmó con la cabeza, pero, las intenciones de Karma, siempre o casi siempre, iban con segundas. Cuando dejó la maleta, los dos se dirigieron a la sala de profesores, este tocó en la puerta y la entreabrió.
— Koro-sensei, Le dicho a Isogai que hoy iría a buscar yo junto con Shiemi los materiales para la clase, que debemos coger?
— Vaya Akabane! Me alegra que muestres ese interés aún arrastrando a la señorita Okumura. Mira aquí tienes la lista, nos vemos en 10 minutos en la clase.
Karma cogió la lista y se dirigieron al final del pasillo, donde se encontraba la aula del material. Entraron en esta y Shiemi le cogió la lista.
— Que poca cosa, bueno cogemos una caja y lo ponemos todo en ella, te parece?
— Si claro, venga ves diciéndome cosas que las cojo.
Shiemi iba leyendo la lista mientras los dos cogían el material y lo ponían en la caja que había dicho ella.
— Creo que esto es lo último Shiemi, el microscopio que lo llevaré yo.
Shiemi estaba mirando la lista cuando Karma dejó el microscopio en la mesa, se acercó a Shiemi y la abrazó por detrás, sorprendiéndola.
— Karma...
— Realmente pensabas que lo hacía por coger el material? Lo que quería era darte los buenos días, bien dados.
Entonces la volteó entre sus brazos y se fue directo a sus labios, besándola con pasión y deseo, ella soltó la lista y puso sus manos en el rostro de Karma mientras este, posaba los suyos en su trasero, entonces Shiemi se intentó separar un poco de los labios de él.
— Karma.... — le dijo en un sofoco.
Entonces este aprovechó para hacer descender más sus manos, posarlas en los muslos de Shiemi y sentarla en la mesa para volver a besarla. Cuando finalmente se separaron, se observaron y Karma recorrió una de sus mejillas con las yemas de sus dedos.
— Ahora si, Shiemi, buenos días.
Esta tenía una sonrisa de oreja a oreja, se la había jugado pero bien, aunque ella, también había sacado provecho de la situación. Karma se separó de ella y cogió la caja, Shiemi bajo de la mesa y cogió el microscopio.
— Creo que ya hemos hecho tiempo, vayamos para clase.
Y así lo hicieron, Shiemi cerró él aula y se dirigieron a coger el pasillo principal cuando justo delante de la sala de profesores vieron a tres chicos de alta estatura y un cuerpo musculoso, los dos se pusieron en alerta cuando vieron que de la sala de profesores salía Karasuma, les saludaba y seguidamente les veía a ellos.
— Ya lo tenéis todo, Shiemi?
A los chicos que estaban delante les debió sonar el nombre de ella cuando se giraron para mirarla y por ambos bandos, sé sorprendieron.
— Souma? Hase? Yuki?
Desde fuera, no se sabía quién había quedado más sorprendido, si Shiemi de reconocerlos o Karma de que Shiemi conociera a esos tres
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Asesinos del corazón
FanfictionSu prepotencia va a hacer que la pequeña hija de los Okumura le odie hasta el punto de intentar asesinarlo.... su inocencia la hará temblar y el conjunto hará que su ser se abra. Bienvenidos a un fan fic de Assassination Classroom! Quedaros para d...