Las ideas oscuras del director

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En cuanto salieron del campus, Karasuma les esperaba en la puerta junto con Irina.
— Queda alguien dentro, Shiemi?
— No, somos los últimos. — afirmó ella.
— Bien pues pongamos dirección al campus principal que varios alumnos ya han ido tirando.
Mientras descendían la montaña no hubo mucha conversación  salvo la que tuvieron Karasuma e Shiemi.
— Koro-sensei me ha dicho que te has salido de la clase
— así es, estaba muy agobiada.
— Lo se, pero le has apuntado con la pistola, según él, tu rostro le ha acojonado, me sorprendido que lo dijera y todo.
Karasuma estaba impresionado por la reacción de Koro-sensei y también estaba preocupado por su sobrina.
— Verás que no sucederá nada del otro mundo, entraré contigo además.
Shiemi le sonrió, entrase quien entrase con ella, el director no cambiaba. Irina e Nagisa iban por delante hasta que llegaron al campus, entonces Irina reunió a la clase junto con Isogai mientras Karasuma y Shiemi se adentraban hacia el campus.
Entretanto, Nagisa se acercó a Karma, el que se mantenía apoyado en una columna, apartado.
— Karma, debemos hablar.
— Tu crees? Ahora no me vengas con simpatías, Nagisa. — Nagisa se acercó más a Karma, produciéndole una cierta incomodidad pero se sentía a gusto notando el cuerpo de Nagisa cerca.
— Vamos a hablar. Y vamos a hablar de Shiemi si me prometes que empezarás a mostrarle que te interesa de ella, al menos lo único que te interesa.
Karma se quedó sorprendido de cómo estaba dirigiéndose su amigo hacia él, Nagisa nunca se había puesto duro a la hora de hablar y menos si se trataba de hablarle a él.
Mientras Nagisa le contaba lo que había sucedido en el patio con Shiemi, esta estaba recorriendo los pasillos del campus junto a Karasuma hasta llegar al despacho. Shiemi soltó un resoplido a desdén y Karasuma acarició su mejilla.
— tranquila, estamos juntos, no pasará nada.
Shiemi no estaba tan segura, ella sabía como se las traía ese director y lo que más le importunaba, era que iba a provocar a su tío. Karasuma picó a la puerta y desde dentro escucharon.
— Entrad, está abierta.
Entonces los dos entraron, Karasuma cerrando de nuevo la puerta e acercándose hacia la mesa del director.
— Bienvenidos, tenía ya ganas de veros. De primero, me alegra saber que Okumura tiene ahora una figura paterna a la que dirigirse y la figura materna donde apoyarse en momentos femeninos.
Karasuma había presentado los papeles sobre la política legal hacia su sobrina, convirtiéndose, Irina y él en los principales responsables de las acciones de la menor, igual que en respecto a sus hermanos pero ellos, siendo mayores de edad, las responsabilidades eran completamente de ellos.
— En segundo lugar, como sabrás ya Okumura, se acerca la gala benéfica. Los principales inversores y la asociación de padres y madres del instituto no están al corriente de tu descenso a la clase E por dos cosas, porque están encantados de que una chica tenga unas notas inmejorables. — Entonces aquí Shiemi empezaba a ver lo que quería el director, que volviera a hacerse pasar por quien no era. — Así que debemos volver a formalizar ante la sociedad a los dos alumnos con mejores notas del instituto, usted señorita Okumura y mi querido hijo.
En ese momento, la puerta del despacho se abrió, dejando ver a Asano y Ren, los dos ojitos derechos del director.
— Pero, con todos mis respetos director, seguro que cualquier otra alumna de la clase A pueda molestarse con ese acto, además de que mi sobrina no es un personaje público ni lo será. — Shiemi observó que su tío había visto las ideas del director.
— Fíjese Karasuma, las chicas del instituto están más que informadas de los actos que se harán en la gala benéfica y porque Shiemi va a ser quien salga con Asano. — el director se levantó de su asiento y se dirigió a Karasuma, el que se mantuvo firme ante él.
Karasuma mostraba cierto desconcierto en su rostro cuando Asano y Ren se pusieron enfrente de él justo en el momento en que el director dio media vuelta y se dirigió de nuevo a Shiemi y le ofreció asiento.
— porfavor, siéntate. — se sentó observando a su tío y el director posó sus mano en los reposa brazos de esa silla.
— Mira Okumura, llevas ya un tiempo en esa clase y aún no he visto por tu parte ningún intento de asesinato...eres una asesina, a que esperas? Debería estar muerto ya pero como no hacen bien la faena, me tengo que entrometer y potenciarlos en lo único que creo que sabe hacer esa clase.— Entonces Karasuma se molestó, arremangándose las mangas de la camisa, era una secreto de estado y lo estaba nombrando como si estuvieran hablando de notas — No, no profesor Karasuma, tiene delante a dos alumnos y como profesor que es, no les puede tocar. — dijo mostrándole un dedo negándole cualquier movimiento — Lo que estaba comentando, dada la situación actual, esta semana os vendrán a hacer un simulacro de incendio y los propios bomberos serán contratados por mí y te darán una ayuda para que mates a Koro-sensei y así poderme llevar yo una parte del premio que os iban a dar. Lo has entendido bien, Okumura? Ves meditando que tipo de asesinato quieres.
Shiemi empezaba a encontrarse mal, los ojos del director se le habían postrado enfrente suyo como si de una hipnosis se tratara.
— Y ya estará, vayan yendo a la assamblea sino les llamaremos la atención. La semana que viene después de la excursión a Tokio me volveré a poner en contacto contigo a cerca de la gala.
Esta se levantó de golpe de la silla y, un tanto mareada se salió de ese despacho junto con su tío.
— Shiemi... te prometido que...
— No tío, no te preocupes, era algo que no esperabas que fuera a suceder así y yo tampoco esperaba que delante de Ren y Asano fuera a decir lo que ha dicho.
Los dos siguieron por el pasillo, sin decirse muchas cosas, Shiemi realmente se estaba encontrando mal, esa tensión que transmitía el director y el mal augurio que le había dado el tema del simulacro de incendio fue, como si realmente quisiera cargarse su clase, solo había una manera de utilizar el fuego en ese recinto y era, haciendo arder el campus de la clase 3E.
Cuando finalmente llegaron al gimnasio donde se iba a impartir la asamblea. Los dos entraron juntos dirección a su clase quien les habían identificado nada más entrar y les esperaban con ganas de saber que les había dicho el director. Karasuma se quedó momentáneamente a saludar a los profesores de las otras aulas, las que parte de ellas babeaban con solo verle. Shiemi se fue acercando a su clase cuando se fue deteniendo, estaba perdiendo fuerzas por momentos cuando notó que su cuerpo se vencía y se iba al suelo pero sin llegar a tocarlo, notó como un cuerpo se le había acercado de inmediato y la había sujetado justo antes de que se diera el golpe contra el frío suelo.

Asesinos del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora