Se mantuvieron inmóviles, anclando los pies a la arena debajo de sus zapatos. La pelinegra se aproximaba a ellos al tiempo que otras chicas —brotadas de la nada— le secundaban.
Newt dio dos pasos hacia atrás tan solo para descubrir que a ese punto, ya se hallaban rodeados por el grupo de singulares damas. Apretó los labios y le dedicó una rápida mirada a Minho, quien por aquel instante, estaba observando a Thomas y a Teresa de manera alternada.
Fue como si de un momento a otro le hicieran recordar un detalle que había vuelto a pasar por alto: los tatuajes. El de Tommy señalaba su cruel destino, uno que probablemente estaba a punto de cumplir.Todos los músculos del cuerpo del rubio terminaron por tensarse, al tiempo que Teresa detenía su andar y observaba a todos con cara de pocos amigos. La amenaza llegó en consecuencia. La chica no se andaba por las ramas, su tono de voz era firme, neutro, no podía percibir ni una sola emoción en ella. ¿Acaso era la misma larcha que le fulminaba en el laberinto con ese par de ojos azulados?
—Thomas, entreguen al sujeto llamado Thomas —la chica finalmente habló, terminando por dejar a los ahí presentes sumidos en un mutismo inimaginable. ¿Acaso no sabía quién era su larcho favorito?
—¿Qué demonios te sucede, Teresa? ¿A qué...? —el rubio no finalizó la frase, no cuando la lanza que empuñaba la chica acabó por ser dirigida a su posición, terminando por hacerle flaquear en el último instante.
—Cállate —no fue una orden, no fue una amenaza. El tono neutro de la chica permanecía, logrando que el rubio se petrificara en su lugar, observando como Teresa retomaba su andar y comenzaba a husmear entre los ahí presentes.
Los ojos pardos del mayor continuaron su camino, se detuvieron solo cuando la mujer así lo hizo, al tiempo que aquel par de ojos azules se perdían en la figura del castaño que la observaba totalmente desubicado.
—¿Tú eres Thomas? —la pregunta se dejó ir al aire al tiempo que la pelinegra volvía a apuntar la lanza contra el muchacho que le observaba debajo de un velo de total confusión.
—Teresa tú sabes quién... —las palabras quedaron a la mitad cuando el filo del arma de la chica cortó la mejilla del castaño, haciéndole reprimir un breve gemido de dolor.
Newt pareció moverse por inercia. Sus piernas reaccionaron antes de que su cerebro lo hiciera, haciéndole olvidar que estaban rodeados de un singular grupo de chicas armadas. Probablemente había dado solo un par de pasos cuando el primer golpe se dejó ir. La explosión de dolor se desató en su espalda haciéndole flaquear, casi caer al piso de rodillas, pero las manos que le sujetaron de las axilas le impidieron llegar hasta la arena.
El asiático pareció reaccionar tras aquello, tensándose por completo, estando a punto de tirarse encima del par de mujeres que sostenían a Newt por aquel instante, pero de nuevo fue la voz de Teresa la que logró que los ahí presentes se anclaran a sus lugares.—¡Qué nadie se mueva! Nos llevaremos a este, y si alguien intenta impedirlo —hizo una pausa, sus pequeñas cejas se arrugaron al tiempo que alternaba la mirada entre el rubio sometido y el castaño que tenía frente a ella—. Supongo que no tengo que terminar la frase ¿cierto? —de nuevo no había emoción en su porte, solo era Teresa, seca, llana, sin parecer ella.
El segundo golpe cayó sobre Thomas tras aquello. El castaño se precipitó hacia el piso, llevándose la diestra a la nuca, completamente mareado debido a ello.
De nuevo Newt reaccionó, su ser entero luchó contra el agarre de las chicas: era imposible quedarse de brazos cruzados cuando lastimaban a Tommy frente a él. El escozor en la base del cráneo le hizo flaquear, atolondrarse. Un lastimero gemido brotó de sus labios y siquiera fue capaz de procesar lo que Teresa había soltado por aquel instante.
Cuando alzó la mirada pudo notar como otras larchas tomaban a Thomas, colocándole un saco en la cabeza, cortando el escaso enlace que los pardos habían logrado con los mieles. Newt de nuevo lo intentó, sus piernas parecieron cobrar fuerzas, pero esta vez, fue un firme agarre conocido el que acabó por frenarlo completemente: Minho.
ESTÁS LEYENDO
Ya no puedo tenerte | Newtmas | Libro 2
Fanfiction"Estaban vivos, estaban a salvo, estaban juntos. Y de momento, eso era suficiente." Libertad. La palabra había sido grabada en sus mentes cuando dejaron el laberinto atrás, pero estaban muy equivocados: Ese solo había sido el comienzo. Newt finalm...