Llegaron justamente a las 8 al corporativo. Mark estacionó el auto en su lugar designado, ambos bajaron y caminaron rápidamente al edificio. Mark estaba nervioso por lo buena que era Choi. Siempre mirando a los lados y cuidando su espalda. Lo ponía de nervios.
Entraron por el vestíbulo, recibiendo miradas impresionadas y respetuosas junto a reverencias ensayadas y estilizadas. Subieron al ascensor hasta la oficina de Mark, pasó por la de su padre y luego entró a la suya. Choi decidió quedarse fuera así que Mark pudo respirar.
Esa mujer era demasiado intensa.
Y hermosa.
Sacudió su cabeza y decidió comenzar a trabajar.
°°°°
Se recargó en su gran silla y suspiró para aflojar su corbata color vino. Estiró su cuello y peinó su negro cabello hacia atrás, miró su reloj y sorprendido se levantó.
Eran más de las 4 de la tarde. Su trabajo lo había absorbido tanto que ni siquiera se percató de la hora. Abrió la puerta y miró a Choi que seguía donde la había dejado en la mañana.
¿Había estado ahí todo éste tiempo?
—Choi— la llamó, ella lo miró e hizo una corta reverencia. —¿Ha estado aquí todo el día? —preguntó incrédulo. Ella negó, haciéndolo sentir aliviado.
—Me retiré dos minutos para mis necesidades fisiológicas, de eso he estado aquí, sí —afirmó. Mark casi deja caer su mandíbula.
—¿Desde las ocho? —preguntó de nuevo, más incrédulo que antes.
—8:19— lo corrigió. Mark suspiró y miró a su secretaria que se paraba de su escritorio para ir a comer.
—Vamos a comer— le dijo a ella, pero la mujer negó lentamente.
—Lo seguiré, pero no comeré. Mi hora de almuerzo es hasta que usted esté de nuevo aquí —le dijo ella, sonando algo molesta. Mark arqueó una ceja y volvió a mirar su reloj para volver sus ojos a los ojos mieles de la menor.
—Entonces vayamos a la cafetería, puede sentarse conmigo sin comer— le ofreció. Por primera vez ella se quedó sin palabras, mirándolo algo sorprendida, emoción que se borró rápidamente de su cara para asentir bruscamente. Mark, ligeramente orgulloso de hacerla dejar caer su máscara de frialdad emprendió camino a la cafetería.
Choi lo siguió callada hasta que llegaron. Mark pidió bastante comida para llenar su bandeja. Todos los empleados lo observaron asombrados, el chico nunca se había acercado ahí ya que siempre comía fuera con los otros corporativos. Algunas mujeres miraban envidiosas y curiosas a la hermosa guardaespaldas mientras que Choi las ignoraba y tomaba asiento después de Mark.
—Oh, creo que me serví demasiado —dijo Mark con fingida aflicción. Choi lo observó cuidadosamente. —Creo que tendrá que comer junto conmigo —dijo él, sonriente. Choi casi pierde su máscara de dureza, pero decidió, rendida, aceptar. Mark no podía estar más satisfecho.
Tomó otro plato y lo llenó con arroz y carne junto a muchos rollos de verdura. Mark pudo ver cómo los ojos de Choi brillaban al ver la carne, ignorando casi por completo las verduras. Pero igualmente se las comió.
Mientras comían en silencio él se dedicó a mirarla mientras ella casi se lanzaba a la carne. Casi pudo reír por lo tierna que se veía tratando de no parecer desesperada.
Su buen humor se disipó al darse cuenta que ella no había desayunado, al menos no la había visto hacerlo. Una hora después ya se encontraban devuelta a la oficina de Mark. Pero su padre y su guardaespaldas se cruzaron con ellos.
—MinHyung —le llamó cariñosamente su padre, pero su mirada se posó en la chica, que le mantuvo la mirada firmemente. —Oh, tu guardaespaldas. Usted debe ser IseulJin— le dijo animado. La mujer asintió y sonrió levemente. Mark se quedó un poco demasiado sin aliento. Era más bonita así.
—Mucho gusto, espero que mi desempeño le sea de su agrado —dijo ella, su voz firme como siempre. Lee DongHae sonrió conforme y miró a su guardaespaldas.
—Tu hija se ve igual de dura que tú, Choi— le dijo DongHae a su guardaespaldas que asintió viéndose bastante orgulloso.
Mark se congeló. ¿Era hija de Choi?
Bueno, tenía sentido, sus apellidos.
Pero no se parecían en absolutamente nada. Ella tenía rasgos occidentales y Choi SiWon era... Él era... El esteriotipo grande de un coreano ejercitado. Algo abrumado miró a su padre.
—Jeno llegará más tarde, viene con Jaemin. Me preguntó si podían quedarse en tu departamento en lo que encontraban un lugar, ¿está bien? —le comentó su padre. Mark observó de reojo cómo SiWon tomaba del brazo a su hija y hablaba seriamente con ella y ella asentía firme.
—Eh... Sí, está bien— asintió Mark, distraído. Su padre sonrió y palmeó su hombro cariñosamente.
—Choi— llamó su padre, SiWon miró a su hija una vez más y se retiraron. IseulJin lo miró y asintió para que siguieran su camino. Mark caminó a su oficina y volvió a entrar, dejando a la mujer fuera en posición de descanso.
Caminó a su escritorio y se sentó, mirando aún la puerta. Choi SiWon se veía seriamente enojado, parecía molesto con algo. Y no creía que fuera algo superficial.
Se alzó de hombros y siguió con su trabajo. Tal vez eran asuntos familiares.
Afuera de su puerta, Choi luchaba internamente por no llorar. No debía llorar. No debía sentir. Ella era fuerte.
Suspirando, Choi endureció sus facciones, nos debía demostrar nada.
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My Sweet Bodyguard [Mark Lee]©
FanficLee MinHyung es un empresario y modelo reconocido en Corea del Sur, exitoso y codiciado por todos, pero reconocido igual por su gran corazón. Intentos de asesinato, amenazas de muerte y atentados contra él. Teme por su vida, así que un guardaespalda...