capitulo 9-maraton 4/8

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Louis puso todo lo que necesitaba, miró el reloj. Diez de la mañana y su hermana todavía dormía. No podía creerlo. 
Fue hasta su habitación intentando encontrar su móvil; estaba encima de su escritorio. Sonrió como si todo fuera perfecto.
Se dirigió a la habitación de su hermana, puso el aparato en su oído y le dio a una canción; en un dos por tres el sonido comenzó a molestarle y dio un brinco abajo de la cama. Louis no paraba de reír; y Alba lo fulminaba con la mirada.
-Eres hombre muerto -le dijo a su hermano. Él se encogió de hombros señalando el reloj.
-Quiero ser hombre muerto por despertarte y no por dejarte aquí sola cuando todo el mundo esté disfrutando en la playa -le replicó él.
-Vale, y no podías despertarme de una mejor manera, ¿eh, hermanito? -arqueó una ceja. Él asintió- A ___ no le gustará que la despiertas de esa manera cuando hagan el amor.
-¡Ahora tu eres una mujer muerta! -le exclamó el haciendo que el sonido destruya sus témpanos una vez más. Rio y corrió hasta el patio antes de que la chica lo atrape. Se dio por vencida ya que estaba con pijama e ingresó nuevamente a la casa.
En el patio vio a su madre recogiendo la maleza del suelo. Plantaba y sacaba. Horas y horas haciendo eso. La entendía; él se entretenía molestando a su hermana.
-Buenos días mamá -le dijo él. Ella reparó en él e inmediatamente le sonrió de costado a costado.
-Buenos días Louis -contestó- ¿quieres ir a buscar una bolsa para echar la maleza? -le preguntó. El chico tomó una bolsa y comenzó a recoger lo que estaba botado.
Reparó en una flor de color rojo, hermosa para ser sincero. Se quedó mirándola durante unos segundos, ¿qué hacía entre la mala hierba?
-Mamá, has cortado una rosa -le dijo él. Su mamá lo miró como si estuviera a punto de llorar. A veces pensaba que amaba las flores más que a ellos mismos.
-¡Pobre ella! la he pasado a cortar sin darme la mayor cuenta, creo que la pondré en un florero hasta que muera dignamente -se quejó ella. Louis levantó una ceja.
-Yo haré de esta rosa algo que valga la pena -le dijo el chico. A lo lejos vio como Harry corría hacía el con un bolso en la mano. Su cabello se movía de un lado a otro y tenía la sensación de que en cualquier momento se iba a tropezar con alguna piedra y caería. Se preguntó si ya habría visto a Ari; quien lo ponía tan nervioso hasta el punto de tener la capacidad de quedarse tranquilo durante un segundo. Rio durante unos segundos y aceptó el abrazo que este le daba.
-Joder, pero si no es una bella mujer en un bello patio junto a la bella luz del día, ¿queréis saludarme, hermosa dama? -se dirigió Harry hacia la madre de Louis.
-Guarda esa clase de piropos cuando hables con Ari -lo molestó la mujer. Louis rio por lo bajo y vio como las mejillas de Harry se ponían de color rojo; pero se sentía igual que él. El hecho de estar enamorado de hace años de una chica sin decirle a nadie ni tener una oportunidad y que a pesar de todo el mundo entero esté enterado.
Sacó una pelota del auto de su padre y miró a su amigo Harry.
-Tu sacas -le dijo, dándole el balón. El chico la tomó por el costado y le dio una patada tan fuerte que cayó al patio del vecino; mala suerte, andaban de vacaciones.
-Maldición Harry, ¿por qué juegas tan mal a futbol? -le preguntó el chico viendo como la pelota ya era una causa perdida.
-Lo siento... te la pagaré -le dijo el chico arrepentido. Manos de hacha. Todo lo que tocaba era destruido.
-¿Me la pagarás? -rio el chico- Que me vas a pagar tú, ya me has perdido alrededor de cien pelotas, sería una cantidad enorme de dinero
-Lo sé, pero quería decir algo que no sea pedir perdón -rio el chico. Louis le dio un abrazo; era imposible enojarse con él.
Fueron al rincón de los dulces y se quedaron allí durante una hora; hasta que les dieron las once. Se dirigieron a la casa de Niall que quedaba doblando la esquina. Estaban todos reunidos. Todos tenían sus bolsos; todo. Louis fue a despedirse de sus padres y volvió.
____ se veía hermosa. Llevaba un pantalón corto y una camiseta de color verde que le quedaba de maravilla. El cabello atado en una cola. Todo era perfecto. Haría que ese paseo, ese día, y esa noche fueran perfectos.
Reconoció bajarse del auto a Liam; el primo de Niall.
-¿Qué hay? -preguntó el chico de cabello castaño. Todos sonrieron. Alba miró con derretimiento al chico; ¿otro más? Negó con la cabeza.
-Bien, ¿están listos para la pijama party? -exclamó Niall emocionado.
-¿Puedes evitar decir pijama party? Me suena a niños pequeños -respondió Ari riendo. Se dio cuenta en como Harry la miraba y estalló en carcajadas. No podía evitarlo; era una manera única.
-Bien, vamos, suban al auto -exclamó Liam. Los bolsos los echaron atrás, todo estaba atrás de la gran camioneta; sin embargo, eran 7 personas, no cabrían todos.
-¿Cómo nos vamos a sentar? -preguntó Ari. Todos miraron con atención el auto y lo rodearon durante unos segundos.
-Lo tengo -exclamó Niall- Liam va a manejar…
-¿En serio? -Exclamó Ari sarcástica, provocando la risa de algunos.
-¡No me digas Niall! -añadió Harry.
-Eres todo un genio, hombre -aportó Alba. Una vez que todos terminaron de reírse de Niall, prosiguió
-Yo iré al lado de Liam.
-¿Por qué tú? -preguntó Harry levantando una ceja.
-Porque soy rubio -rio Niall- Harry irá sentado atrás; y encima irá Ari, ____ tu irás encima de Lou y Alba, te he dejado el puesto apartado para que no tengas que sentarte encima de ningún gil de primera.
-Pues gracias Niall, lo tomaré en cuenta -aportó ella. Todos se sintieron a gusto con sus puestos; más que a gusto, en caso de algunos. Sería una increíble noche.
-¿Todos arriba? -preguntó Niall. Todos asintieron. 
-¡Harry, saca las manos de mi trasero! -exclamó Ari. El chico inmediatamente se sonrojó.
-¡No sé dónde ponerlas! -se defendió. Todos rieron, Liam encendió el auto y se echó andar…
-Eres un cerdo Harry -espetó ______. Louis tenía las manos de él alrededor de su cintura. Alba iba al medio, simplemente riendo de las escenas.
-¿Qué les parece un poco de música? -preguntó Liam cuando el ambiente se calmó un poco. Todos de acuerdo; Liam puso la música en alto, las ventanas abajo, los gritos desesperados, y la ciudad entera preguntando por el grupo de chicos en la camioneta.

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