capitulo 17-maraton 2/5

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Lo mataría. Si los encontraba con vida mataría a Niall. Le había dicho explicita mente que no se meta con su hermana, ¿y ahora? estaban todos buscándolos. 
-Bien -gritó de repente Liam. Todos corrieron hasta donde él. Eran las dos de la mañana y no sabían nada de Niall y Alba; excepto que no se encontraban allí, porque habían estado durante una hora buscándolos.
¡Maldición! Louis tenía la venganza lista para cuando Niall se digne a volver con su hermana. A puesto que la tenía con él a la fuerza; ella no se iría sin el permiso de Louis.
Intentaba tranquilizar sus nervios pero todo lo que le salía era una respiración agitada y varias palabras demás. 
-Quizás están mucho más lejos que esto y no podemos ir solos; así que sugiero que nos dividamos en grupos -tosió.
-¿Que sucede si llegan? -preguntó Ari- No habrá nadie aquí y pensarán que nos hemos ido.
-No creo que sean tan inútiles -la retó Harry. Ella lo fulminó con la mirada.
-Tu Ari, ve con Harry por la derecha -les ordenó Liam- Y tú, Lou, anda con ____ -el chico la miró; pensó que a esas alturas ella estaría protestando en voz alta, pero no. Se veía tranquila y contenta, de echo- Yo me quedaré aquí por si se dignan a volver, y no se vayan más lejos que los segundos muelles
-¿Cómo sabremos cuáles son?- preguntó Julieta.
-Cuando veas el segundo muelle, pues entonces no vayas más allá -le dijo Liam, frunciendo el ceño. Ella asintió y se dirigió a al lado derecho junto con Harry. Iban discutiendo sobre algo que nadie alcanzó a escuchar.
____ se puso a caminar hacia la izquierda; Louis simplemente la seguía.
Veía su cabello moverse a la luz de la luna tan fascinado que se le había olvidado la razón por la que se habían alejado de la cabaña. Se movía de una manera divertida; como si estuviera enojada, pero luego si no lo estuviera.
Tenía una media sonrisa en el rostro y soltaba un gemido cuando daba pasos muy grandes. Louis tenía las manos en sus bolsillos; dos pasos de él eran como tres de ella. La chica se había puesto tejanos y una chaqueta que tenía estaba rodeada de hoyos así que se cuestionó como es que no tenía frío.
"Y si está frío afuera, muéstrale al mundo lo cálido de tu sonrisa" -recordó aquella canción.
Era exactamente lo que la chica hacía; quizás el mundo se podía estar congelando, pero su sonrisa era todo lo que necesitaba para olvidar el frío que podía reinar en el universo entero, porque era tan pura, tan hermosa, tan... única. Era todo lo que siempre había deseado y mucho más. Y es que Louis solo podía pensar en otra cosa cuando su mente se despejaba un poco de ella, y eso rara vez pasaba.
Un paso tras otro; ya estaban en el primer muelle, pero Louis sabía que el segundo quedaba un poco más lejos, y al igual que _____ se sentía feliz por eso, pues ambos pasaban más rato con el otro, a pesar de que el orgullo de la chica le impida hablar.
Pronto comenzó a helar mucho más; y a pesar de que a él le mantenía abrigado su hermosa sonrisa al levantar las mejillas; ella ya no tenía ninguna sonrisa en el rostro, y nunca encontraría la de sí misma más linda que la de otro.
Louis solo esperaba que su orgullo la abrace mejor de lo que él lo hace; pero supuso que no lo hacía.
_______ puso sus manos alrededor de sus brazos para intentar darse un poco de calor; frotó y frotó hasta que el chico decidió sacarse la chaqueta; si tenía que aguantar todo el camino viendo como la pobre se moría de frío, pues entonces que la bala le toque a él, porque no estaba dispuesto a que pase por algo que no le gusta.
-Toma -le dijo, dándole el abrigo. ______ ni siquiera se dio vuelta para mirarlo- ¿Hasta cuándo me vas a ignorar? -preguntó el chico poniendo la chaqueta encima de sus hombros; chaqueta que dejó caer.
-Me has hecho quedar como una completa chica sin sentimientos para ti -resopló ella, después de unos minutos. El chico la tomó del brazo para que se dé vuelta; ella miró hacia abajo. 
-Lo lamento- dijo él. Ella alzó el rostro, ¿porque le estaba pidiendo perdón? Eso era lo que ella quería escuchar pero… Al parecer Louis era más perfecto de lo que ella pensaba. Ella agachó la cabeza de nuevo.
-Está bien -dijo, intentando girar. Sin embargo, Louis no la dejo. Pero ella insistió; siguió caminando a su lado; puso una mano alrededor de su hombro para darle calor, ya que no aceptó su chaqueta. Ella no la quitó; se sentía mucho mejor así.
-No está bien -prosiguió él mientras seguían caminando- cuando esté bien, sonreirás por el resto del camino.
-No -dijo ella- En serio, está bien
-¿Cómo puedo saber eso? -le preguntó él. La chica rio durante unos segundos, Venga ya, ¿cómo se podía enojar con ese príncipe?
-Te quiero, Lou -le dijo ella, mirando sus ojos.
-Yo también te quiero ____, ¿te quiero? -rio- Te amo, y me gustaría ser más que un amigo para ti…
-Vas muy rápido, chico -le dijo ella riendo. Él se incorporó nuevamente y le pidió perdón con la mirada; nueve años no era ir lento para él, pero si ella quería esperar nueve años más, pues entonces estaba dispuesto a hacerlo por ella.
Siguieron caminando alrededor de la playa; durante unos segundos simplemente sentían el contacto el uno del otro y reían para sí mismos viendo la perfección que tenían al lado; pero luego comenzaron a hablar, cada vez más lento, hasta que no se callaron más; y reían cada dos segundos, como lo hacen los amigos.
Sin darse cuenta; ya habían pasado el segundo muelle. Y mucho más que eso; se salieron de la orilla de la playa y caminaron por la vereda de la calle; metiéndose por los suburbios del lugar. Se dieron cuenta cuando se encontraron en una pequeña playa que no era nada que ver con lo que habían dejado atrás; estaban tan enamorados que ni siquiera sabían por dónde caminaban. No sabían dónde se encontraban y se empezaría a hacer un problema. Louis miró su reloj y ya eran las tres de la mañana; sabía que quizás había gente mala por allí, y que la defendería hasta la muerte, pero si llegaban más de dos tipos, pues entonces probablemente estaba acabado. Sintió unas inmensas ganas de no estar allí con ella en ese instante; no porque no la quería, sino porque no quería que le hicieran daño.
Comenzaron a dar vueltas asustados; caminando por cualquier parte intentando encontrar el camino de regreso, pero cuando se dieron cuenta, estaban en el mismo lugar, y ____ se estaba desesperando.
Se dirigieron abajo de un puente, y fue cuando ______ perdió la calma.
-¡Estamos perdidos, Lou, totalmente! -exclamó ella, intentando apretar el nudo en su garganta para no llorar. Él la abrazó y le acarició el cabello lentamente para intentar calmarla.
-Tranquila -le dijo al oído- estoy aquí contigo, no me iré.
-¿Qué pasa si no volvemos? ¿Qué pasa si nos hacen algo?
-A ti no te harán nada, no te harán daño, nadie te tocará ningún solo pelo, ¿de acuerdo? -le preguntó, secando las lágrimas que caían por su mejilla. Ella asintió con la cabeza, aferrándose al cuerpo de Louis.
-No te vayas por favor -le pidió entre sollozos.
-No te preocupes -la abrazó él- No me iré, te lo prometo, ¿vale? -le preguntó. Ella asintió. Se estaba haciendo cada vez más tarde; y seguir caminando a esas horas era peligroso.
-Seguiremos caminando por la mañana -le dijo él. Ella lo miró horrorizada. 
-¿Dormiremos aquí? -le preguntó ella. Él asintió. Quiso protestar; pero se puso a pensar lo mismo que él. Era mucho más seguro quedarse en el lugar vacío. Si a las tres y media de la mañana no había nadie allí, pues entonces probablemente tampoco más tarde- Está bien- dijo. Louis se tendió en la arena; cansado. Ella se tendió al lado de él apoyando su cabeza en su pecho, buscando un poco de calor. Estaba tiritando; él no podía aguantar eso. Se comenzó a sacar la chaqueta, pero ella lo detuvo.
-Duerme -le dijo- hace frío, no permitiré que me des tu chaqueta.
-Pero estás tiritando…
-No importa -lo interrumpió- acuéstate, duerme, eso me calmará -le sonrió. El chico resopló algo molesto; no podía dejar que ella pase frío. Sin embargo hizo caso a sus peticiones. Se volvió a tender mirando la luna, que no era más bella que ____, y esperó a que la chica se duerma. Hacía mucho frío durante la noche y pensaba que en cualquier momento la chica moriría de hipotermia.
-¿Estás despierta? -Le preguntó, cuando pasó como media hora. Media hora esperando que la chica se duerma. Ella no contestó. Volvió a preguntar, una vez más, para asegurar de que ella estuviera realmente dormida; nada.
Se sacó la chaqueta, con total calma y tranquilidad, procurando no hacer ningún ruido; y con sus manos desnudas y congeladas logró poner la chaqueta encima de la chica, sin importar tener frío durante toda la noche; y así quizás conseguir una sonrisa de la chica que lo mantenga cálido cien años más.

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